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Agentes patógenos: tipos y efectos en la calidad del aire interior

Publicado por S&P          mayo 5, 2017          Lectura: 5 min.

Los contaminantes presentes en el aire del interior de un edificio pueden ser de varios tipos. Los contaminantes biológicos son uno de estos tipos y están conformados por los microorganismos. Cuando estos microorganismos pueden producir daños en el ser humano, hablamos de agentes patógenos.

Lectura: 5 min.

Actualizado el 20 de octubre de 2023.

Los agentes patógenos pueden estar presentes en el aire del interior de un edificio si se dan las condiciones para que se produzcan aerosoles biológicos, partículas suspendidas en el aire que pueden estar contaminadas por microorganismos. Si  el ser humano respira estos aerosoles puede sufrir daños causados por estos agentes patógenos.

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Para explicar la existencia de aerosoles biológicos, debemos tener en cuenta tres conceptos habituales cuando se hace referencia a la calidad de aire interior:

  • Reservorio. Medio que cumple con las condiciones idóneas para la supervivencia de un microorganismo.
  • Multiplicador. Medio que favorece la reproducción del microorganismo.
  • Diseminador. Medio que actúa como introductor del microorganismo y sus metabolitos en el aire.

Tipos de agentes patógenos más comunes

Bacterias

Las bacterias son organismos unicelulares que pueden encontrarse en el aire y pueden ser transportadas a través de partículas suspendidas en el mismo. Algunas bacterias son inofensivas o incluso beneficiosas, pero otras pueden causar enfermedades respiratorias, infecciones cutáneas y gastrointestinales, entre otras. Algunas bacterias patógenas comunes incluyen Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus y Legionella pneumophila.

Hongos

Los hongos son organismos eucariotas que pueden liberar esporas al aire, las cuales pueden ser inhaladas y desencadenar problemas respiratorios en algunas personas. La presencia excesiva de hongos en el hogar puede conducir a alergias, asma y otras afecciones respiratorias. Algunos hongos comunes incluyen el moho negro (Stachybotrys chartarum), el moho del pan (Aspergillus) y el moho de la humedad (Penicillium).

Protozoos

 Los protozoos son organismos unicelulares más grandes que las bacterias y pueden encontrarse en el agua estancada o contaminada. Aunque generalmente no son transmitidos por el aire en el hogar, pueden ser transportados en partículas de polvo o aerosoles de agua. Algunos protozoos, como el Toxoplasma gondii, pueden causar enfermedades graves en personas con sistemas inmunitarios debilitados.

Virus

Los virus son partículas submicroscópicas que requieren de células huésped para replicarse. Pueden propagarse a través del aire mediante gotas de saliva o secreciones respiratorias que se liberan al toser, estornudar o hablar. Los virus respiratorios comunes incluyen el virus de la gripe, el virus del resfriado común y el coronavirus. Estos pueden causar infecciones respiratorias, que van desde resfriados leves hasta enfermedades más graves.

Producción de patógenos en el interior de edificios

Pasamos a analizar su relevancia y sus efectos en la calidad del aire interior en los edificios.

Agentes infecciosos

Las enfermedades infecciosas se transmiten de una forma más sencilla en los ambientes interiores, al ser menor el volumen de aire donde se encuentran los microorganismos, existir un mayor contacto directo y estar las personas mucho tiempo en ellos. Además muchas enfermedades contagiosas requieren el contacto directo entre humanos para su transmisión pero otras muy habituales, como gripe, sarampión, viruela, tuberculosis o algunos resfriados comunes, se transmiten fácilmente por el aire. Si no se toman medidas especiales estos organismos sobreviven tras su paso por el conjunto de equipos de ventilación.

Otras pueden provenir del exterior, de lo que hemos denominado reservorio exterior. Entre estas se encuentran la legionelosis y otras neumonías bacterianas y la mayor parte de las enfermedades debidas a hongos. La legionella sobrevive y se multiplica en torres de refrigeración, humidificadores, cabezales de ducha, o enfriadores evaporativos, que actúan como reservorios y multiplicadores para los microorganismos.

Antígenos

Un antígeno es toda sustancia que, al penetrar en el ser humano, es capaz de provocar una respuesta inmunitaria específica. Los presentes en el aire pueden causar enfermedades tales como neumonitis hipersensitiva, rinitis alérgica y asma alérgico, lo que denominamos habitualmente alergias.

Uno de los más comunes en edificios son los hongos ya que cualquier superficie sucia puede actuar como foco de reproducción, formándose esporas que quedan expuestas directamente a la corriente de aire y así son dispersadas por todo el edificio. La adecuada ventilación es fundamental para controlar la humedad interior y limitar la presencia de mohos.

Toxinas

Las toxinas son sustancias segregadas por algunos microorganismos, que pueden producir efectos nocivos en los seres humanos.

El más común en edificios está originado por los mohos. El olor que se produce en zonas con humedad y presencia de mohos es debido a que estos producen sustancias volátiles con ese olor. Como hemos indicado la ventilación adecuada es fundamental para limitar la humedad en el interior del edificio y por lo tanto la presencia de mohos.

Los sistemas de ventilación/climatización tienen dos misiones básicas, la primera suministrar aire fresco en cantidad y calidad suficientes, de modo que se garantice la calidad del aire en el interior del edificio, y en segundo lugar adaptar las condiciones de temperatura y humedad del aire para conseguir unas condiciones de confort adecuadas. Los principales problemas para los humanos ocasionados por agentes biológicos presentes en el aire interior de las viviendas son alergias. Estas se producen normalmente por:

  •       pelo y las escamas de la piel de animales domésticos
  •       mohos
  •       ácaros del polvo
  •       infecciones por bacterias o virus

En todos los casos la ventilación juega un papel primordial para controlar y reducir estos riesgos de infección. Los sistemas de ventilación permiten controlar y mantener en niveles adecuados las concentraciones de ácaros del polvo y las partículas debidas a animales domésticos, mediante la introducción de aire fresco exterior. En lo concerniente a mohos estos aparecen por excesiva humedad, siendo la causa fundamental una deficiente ventilación en el edificio, especialmente en las zonas húmedas, como baños o cocinas.

Además los sistemas de ventilación permiten incorporar equipos de filtrado que reducen la entrada de estos elementos en el interior del edificio, mejorando la calidad del aire interior.

Es importante remarcar que para poder contar con estos dispositivos debemos usar instalaciones de doble flujo, en las que la entrada y la salida de aire se produce en conductos. Estos sistemas permiten además instalar recuperadores de calor o de energía, estando habitualmente integrados en este dispositivo los elementos de filtrado y el recuperador de energía. Los sistemas de doble flujo son la mejor solución desde un punto de vista de salubridad, coste y confort, permitiendo reducir y controlar la presencia de patógenos en el interior de los edificios.

Conclusiones

En resumen, los agentes patógenos presentes en el aire interior de los edificios pueden afectar significativamente la calidad del aire y la salud humana. Bacterias, hongos, protozoos y virus son los agentes patógenos más comunes que se transmiten más fácilmente en ambientes interiores y pueden propagar enfermedades como la gripe, el sarampión y la tuberculosis.

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