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Ahorro energético en el hogar y eficiencia energética

Publicado por S&P          octubre 21, 2019          Lectura: 3 min.

Cuando hablamos de ahorro energético en el hogar podemos hablar de las medidas que pueden tomar las personas para hacer un buen uso de la energía en su casa, y también de los equipos y tecnologías que se pueden adoptar a la hora de abordar una obra nueva o una reforma.

Lectura: 3 min.

Buen uso de la energía en casa

Todos conocemos de una forma más o menos exhaustiva las recomendaciones que afectan al buen uso de la energía en la esfera doméstica. Estos consejos de fácil aplicación han sido ampliamente difundidos desde hace años por distintas entidades que apelan a concienciar al consumidor y a mejorar sus conocimientos sobre el impacto del uso cotidiano de la vivienda en el consumo energético y su consecuente costo económico. Algunas de estas estrategias son:

  • Se recomienda una renovación progresiva de los aparatos eléctricos por otros con etiqueta energética, tratando siempre de elegir las clasificaciones A+, A++, A+++, las más eficientes.
  • En la misma lógica, las lámparas de bajo consumo, ya completamente instaladas en nuestros hogares, serán más interesantes que las tradicionales incandescentes. Las hay de tres tipos LED, halógenas y fluorescentes.
  • Evitar el consumo fantasma de los electrodomésticos. Lo más sencillo es contar con regletas con interruptor o regletas con eliminador de Stand By.
  • Incluir termostatos y/o regulaciones automáticas para la calefacción, de manera que podemos mantener fácilmente la temperatura interior de las estancias en el rango de confort (19-21 ºC). Hay que considerar bajar la temperatura en horario nocturno, ya que cada grado menos supone en torno a un 9% de ahorro de energía.
  • Apostar por ventiladores de aire en lugar de sistemas de aire acondicionado.
  • Cocinar con los recipientes tapados, de manera que no se disperse el calor, cuidando que el diámetro de las sartenes o cacerolas no sea menor que el del fuego.
  • En lavadoras y lavavajillas dar prioridad a programas cortos con agua fría y los clasificados como ECO.
  • Finalmente, conocer el consumo real para contar con una tarifa de potencia adecuada a las necesidades.

Cambiar de hábitos en estos usos domésticos, puede aligerar nuestra factura en torno a un 15%, según la OCU.

Como vemos, el ahorro energético supone un ahorro económico, por lo que es interesante considerar este factor cuando vamos a acometer la ideación de un proyecto o la reforma de un espacio. Entendemos que el usuario también debe conocer la posibilidad de ahorro que supone adoptar medidas o tecnologías más sofisticadas que las que hemos comentado.

Ahorro energético y arquitectura bioclimática

Ya se ha señalado desde este blog que la situación ideal pasa por integrar desde el primer momento de diseño los criterios de la arquitectura bioclimática, la mejor estrategia para conseguir una mayor eficiencia energética. Esta estrategia es igualmente interesante, aunque no se trate de una obra de nueva planta, cuando se decide llevar a cabo una reforma, si bien es posible que no se puedan ejecutar algunos de los principios.

Un buen diseño bioclimático puede conseguir ahorros de hasta el 70% para la climatización e iluminación de su hogar por lo que es una garantía de ahorro a largo plazo. Los factores fundamentales a considerar en este caso serán:

  1. Aislamiento térmico, no sólo en lo que afecta a la envolvente de la vivienda, sino de la red de distribución de calefacción y agua caliente
  2. Estanqueidad de las puertas y ventanas (con doble cristal y rotura del puente térmico), para evitar las infiltraciones de aire.
  3. Diseño inicial considerando la importancia del entorno. Por un lado, el soleamiento: prever tanto el aprovechamiento de la radiación solar como facilitar la posibilidad de proteger y crear zonas de sombra. Por otro lado, considerar la influencia de las corrientes de aire y el factor forma.
  4. Producir nuestra propia energía renovable in situ. Aproximadamente el 10% de la energía producida se pierde en el transporte y distribución de la misma.
  5. Incluir sistemas de recuperación de calor en la ventilación mecánica, para una climatización más eficiente. Esta técnica consigue recuperar una gran parte de la energía del aire ya climatizado en el interior. El proceso permite, a través de un intercambiador un sistema de filtros y ventiladores, calentar el aire introducido desde el exterior y en verano enfriarlo. Se garantiza su calidad del aire interior y su salubridad sin necesidad de abrir las ventanas, algo que en escenarios de climatización del espacio interior equivale a grandes pérdidas de energía.

La eficiencia energética es pues una cuestión compartida entre todos los agentes que participan en el ciclo de vida de un edificio, desde el que lo diseña hasta el que lo ocupa. Los habitantes deben conocer las estrategias para el buen uso energético de los edificios, convirtiéndose así en sujetos activos y claves para alcanzar los objetivos de ahorro energético.

Directiva ERP