La Eficiencia Energética mide la relación existente entre la producción de un rendimiento, servicio o bien, y el gasto de energía necesario para producirlo. Nos interesa en esta ocasión ofrecer un panorama amplio del consumo energético relacionado con nuestras actividades cotidianas y los servicios que consumimos, de manera que podamos analizar cómo mejorar la Eficiencia Energética.
Tabla de contenidos
Así, es fundamental en primer lugar conseguir identificar dónde y en qué consumimos la energía, de manera que podamos valorar nuestra capacidad para reducir la energía que necesitamos.
Eficiencia en la edificación
Ya hemos analizado en otras ocasiones desde este blog las consideraciones de diseño fundamentales para conseguir una edificación energéticamente eficiente. Se trata por un lado de conocer y aplicar las estrategias de la Bioconstrucción, método de diseño que nos ayuda a su vez a cumplir con exigencias que imponen los nuevos Edificios De Consumo Casi Nulo o EECN.
Esta metodología se centra en el desarrollo de cinco puntos fundamentales:
- Aislamiento térmico excelente.
- Hermeticidad de las puertas y ventanas para evitar las infiltraciones de aire.
- Diseño inicial considerando los factores de sombra, soleamiento e influencia de los vientos.
- Producción de energía renovable in situ.
- Ventilación mecánica con recuperación de calor.
A estos puntos clave tenemos que añadir que valernos de los avances en la tecnología e ir integrándolos en nuestra vida cotidiana es un asunto fundamental. Sin ir más lejos, una de estas últimas aportaciones, desarrollada en vista a las necesidades de los edificios inteligentes, es la alimentación PoE (Power over Ethernet), que permite que se realice el suministro eléctrico a través del mismo cable de conexión de red.
Este sistema permitirá que los edificios que lo integren se alimentan en corriente continua, cuando actualmente lo hacen el alterna. Este cambio representa un ahorro del 25 % de la energía, además de la reducción en el tendido de instalaciones.
Por otro lado, existen toda una serie de recomendaciones cotidianas que podemos llevar a cabo de forma sencilla en nuestros hogares, sin introducir apenas modificaciones y sin grandes esfuerzos.
Movilidad urbana sostenible
El transporte es sin duda alguna el sector que más energía consume en nuestro país, alcanzando hasta un 40% del consumo energético del total nacional. Entre este consumo, los vehículos privados representan un 15%. No cabe duda de que transformar el modo en que nos transportamos es un tema central para la eficiencia energética, tanto de manera individual como colectiva.
La mejora de la Eficiencia Energética en el Transporte, se enfoca desde tres líneas estratégicas generalistas:
- Cambio sistémico: Transición desde el vehículo motorizado individual a formatos colectivos: transporte público y planes de transporte al trabajo. Facilitación de los recorridos peatonales en las ciudades y fomento del uso de la bicicleta.
- Apoyo a la renovación de la flota automovilística, promoviendo los vehículos con tecnologías de consumo más eficientes: híbridos, eléctricos, de gas natural y de gases licuados del petróleo.
- Fomento de un uso más eficiente de los medios de transporte, a través de la aplicación de técnicas de conducción eficiente y la promoción de los viajes compartidos en vehículo privado.
Energía en la ciudad
La energía en la ciudad es un concepto muy complejo de analizar dada su enorme magnitud. Sin duda es un problema que se debe abordar desde la regulación normativa y la progresiva implantación del uso de energías renovables. Sin embargo, nos aventuramos en esta ocasión a sugerir algunos de los temas que consideramos claves, por el impacto que tienen en nuestra vida cotidiana.
Alumbrado exterior
El Reglamento de Eficiencia Energética En Instalaciones De Alumbrado Exterior y la rápida implantación de la tecnología LED nos deben llevar a un cambio a favor de la eficiencia energética en el alumbrado. Se estima que el cambio del alumbrado público al LED puede suponer un ahorro promedio de un 65% anual en el consumo de electricidad para los municipios, según datos de IDAE.
Abastecimiento y tratamiento de agua potable
La demanda de agua se incrementa cada año, siendo su suministro uno de los retos globales, dada su escasez en estado natural de potabilidad. Esto implica para las administraciones públicas, y por tanto para los ciudadanos, unos costes en crecimiento permanente. El suministro del agua y los tratamientos de depuración y potabilización tienen como reto futuro lograr una gestión acorde con el desarrollo sostenible y la eficiencia energética.
Se prevé que la reducción en el consumo de energía vinculado al agua pasará por
- Reducción de pérdidas en las redes de suministro: implantación de sistemas de telecontrol que detectan las fugas ocultas, asociado a una mejora de las redes existentes.
- Optimización de los sistemas de bombeo frente a la variación de la presión y los picos de demanda
- Reutilización de agua de uso municipal en riego de jardines y limpieza
- Priorizar grandes depuradoras, que optimizan el diseño y el dimensionamiento de los equipos mejor que las pequeñas, alcanzando ratios de consumo más eficientes por habitante y año.
La energía en el trabajo
Entendemos que la energía consumida en la ciudad, una vez descartado el uso doméstico y el transporte, tiene mucho que ver con la energía empleada en los lugares de trabajo. En lo que se refiere a los edificios, las recomendaciones serán las mismas que se sugieren para los edificios residenciales. Podemos aportar además algunas recomendaciones.
- Jornadas de trabajo coincidentes con las horas de luz natural.
- Usar equipos ofimáticos eficientes, con modo ahorro de energía, que puede suponer un ahorro del 20% en un ordenador estándar. Apagar los equipos al final de la jornada.
- Adecuar la potencia energética contratada por la empresa a la potencia demandada real.
- Implementación de la iluminación LED.
- Minimizar el uso del papel priorizando la impresión a doble cara.
Si nos planteamos cómo mejorar la Eficiencia Energética como una cuestión amplia, entendemos que tomar consciencia de lo cómo usamos de manera individual las edificaciones, los sistemas de transporte o los suministros públicos es clave para poder plantear soluciones efectivas como profesionales.
