Desde hace ya varias décadas, Europa puso en marcha diferentes medidas para mejorar la eficiencia energética de sus edificios y descarbonizar el sector de la construcción, marcando esta como una estrategia clave en su lucha contra el cambio climático. Este esfuerzo culminó con la aprobación de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD por sus siglas en inglés) que en marzo de 2024 se ha renovado.
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¿Quieres saber cuáles son las novedades que trae esta nueva directiva y qué implicaciones tiene para los propietarios de edificios y los constructores? Sigue leyendo para descubrir todas las novedades de esta revolucionaria normativa.
Directiva europea de eficiencia energética de los edificios: ¿Qué es?
El 19 de mayo de 2010, la Comisión Europea aprobó la Directiva 2010/31, relativa a la Eficiencia Energética de los Edificios. Esta normativa estableció por primera vez un marco común de medidas para promover la eficiencia energética en los edificios dentro de la UE, con el objetivo de reducir tanto su consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según la Comisión Europea, el parque edificatorio de la UE es el responsable del 36 % de las emisiones GEI (Gases Efecto Invernadero) y del 40 % del consumo energético. La meta de esta directiva es promover que el sector de la construcción y rehabilitación de edificios contribuya significativamente a los objetivos de la Unión Europea de neutralidad climática para 2050.
Para lograr esto, la directiva promueve la construcción de edificios de alta eficiencia energética y de consumo casi nulo, tal y como te contamos en este artículo. Además, incentiva la renovación de los edificios existentes para mejorar su eficiencia energética y fomenta la utilización de fuentes de energías renovables. Las medidas incluyen también la promoción de sistemas de aislamiento, calefacción, refrigeración y ventilación eficientes.
Novedades y renovación de la directiva europea de eficiencia energéticas de los edificios
El pasado 12 de marzo de 2024 la Comisión Europea fue un paso más allá y renovó la directiva europea de eficiencia energética de los edificios. La nueva y ambiciosa propuesta es que el parque de edificios europeo alcance el hito de la descarbonización total para el año 2050. Esto significa que todos los edificios en Europa deberán tener emisiones netas de carbono cero, tanto los de nueva construcción como de los edificios existentes.
Debido a esta directiva, todos los edificios de nueva construcción deberán ser técnicamente neutros a partir de año 2030. En caso de los edificios de ocupación pública, así como los que sean de su propiedad, deberán cumplir con esta condición para el año 2028. Los Estados de la UE podrán calcular el PCG (Potencial de Calentamiento Global) teniendo en cuenta todo el ciclo de vida de sus edificaciones, incluyendo también la fase de construcción de las mismas.
Por otro lado, y en el caso de los edificios residenciales, los países de la UE tendrán que establecer una hoja de ruta para la mejora de la eficiencia energética y la reducción de emisiones en los existentes. La propuesta es que este tipo de edificios reduzcan en promedio su consumo de energía primaria en un 16 % para el año 2030, y al menos entre un 20 y un 22 % de cara al año 2035.
La Directiva también tiene como objetivo promover la instalación de sistemas de energía renovable y la implementación de tecnologías inteligentes en los edificios para optimizar su consumo energético. De esta forma, y siempre que sea técnica y económicamente viable, se deberán fomentar las instalaciones solares en edificios públicos y no residenciales, así como en todos los edificios residenciales, antes de 2030.
Por otro lado, la renovación de elementos como fachadas, ventanas… para mejorar la estanqueidad del edificio y así su demanda energética pueden provocar problemas de salubridad en el interior de los mismos, por lo que se convierte en imprescindible la instalación de sistema de ventilación eficientes (por ejemplo con recuperación de calor) para aportar la salubridad necesaria a la vivienda y reducir al máximo los gastos energéticos.
2040: adiós a las calderas de combustibles fósiles
Otro de los puntos más destacados de la nueva directiva europea de eficiencia energética de los edificios es la prohibición progresiva de las calderas de combustibles fósiles en todos los edificios para el año 2040.
La UE pide a los Estados miembros que tomen medidas para descarbonizar los sistemas de calefacción y retirar gradualmente los combustibles fósiles en la calefacción y la refrigeración, con el objetivo de eliminar totalmente las calderas de combustibles fósiles para 2040. A partir de 2025, no se permitirá financiar calderas independientes de combustibles fósiles.
Sin embargo, los incentivos financieros seguirán siendo válidos para los sistemas de calefacción híbridos que usen una cantidad significativa de energías renovables, como los que incluyen una caldera con una bomba de calor o un sistema solar térmico.
¿Qué supone este cambio de directiva para el sector de la construcción?
En la actualidad, en España 8 de cada 10 edificios son altamente ineficientes a nivel energético, en su gran mayoría debido a un deficiente sistema de aislamiento térmico. La nueva directiva de la UE, en conjunto con las normativas españolas en vigor, obligará a realizar importantes cambios en estos edificios durante las próximas décadas.
Si bien las nuevas medidas de la UE obligan a las constructoras, ingenieros o arquitectos a superar nuevos retos y adaptarse a regulaciones más estrictas, también representan una gran oportunidad para el sector. La demanda de rehabilitación energética de edificios y de construcciones nuevas con alta eficiencia energética irá en aumento, impulsando así las oportunidades de negocio, creación de empleo y fomentando la innovación en el sector.
Las empresas especializadas en sistemas de ventilación eficientes, aislamiento, diseño bioclimático, instalación de sistemas de climatización como la aerotermia o aquellas que se dedican a la instalación de placas solares, tendrán un papel crucial en el cumplimiento de estos nuevos requerimientos. Las constructoras que puedan adaptarse rápidamente y ofrecer soluciones ajustadas a estas nuevas regulaciones podrán obtener una ventaja competitiva en el mercado.
Estar al día con las últimas novedades y requerimientos de la normativa europea será indispensable para todos los profesionales del sector. Además, la formación continua y la adaptación a las nuevas tecnologías y métodos de construcción sostenible, así como contar con socios estratégicos que puedan proveer soluciones eficientes y de calidad, serán factores clave para tener éxito en el nuevo panorama de la construcción y rehabilitación de edificios en Europa.