Las eflorescencias son la más común de las patologías que surgen en las edificaciones debido a las humedades y es una lesión de tipo químico que, aunque suele tener un impacto que afecta únicamente a la superficie del paramento y la pintura, puede llegar a dañar al soporte sobre el que se encuentra, por el deterioro que puede causar sobre él.
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Este tipo de eflorescencia básica es reconocible por ser como una traza blanca de textura arenosa que aparece en los paramentos, horizontales o verticales, que se han visto afectados por la humedad.
También encontramos las llamadas eflorescencias de obra, que se dan por la reacción entre el óxido cálcico presente en hormigones y morteros frescos con el anhídrido carbónico del aire.
¿Cómo se forman las eflorescencias?
El proceso comienza cuando un cerramiento se encuentra sometido a la influencia del agua. En ella se encuentran suspendidas sales que cristalizan cuando el agua se evapora, precipitando sobre el paramento a modo de partículas sólidas y haciéndose visibles en forma de manchas blanquecinas.
Para que se produzcan las eflorescencias, deben darse de manera simultánea tres situaciones:
- Ha de haber humedad, que generalmente aparece por procesos de infiltración o capilaridad. La exposición al agua de lluvia y a bajas temperaturas favorece la retención de la humedad en los cerramientos.
- Deben existir sales contenidas en alguno de los componentes del paramento, generalmente cloruros y nitratos. Las podemos encontrar en el hormigón, piezas cerámicas, piedra natural, etc.
- Las sales deben disolverse en el agua que circula por el cerramiento, transportándose sobre su superficie.
¿Qué problemas causan las eflorescencias?
Son generalmente un problema superficial que sólo perjudica al acabado y a la estética, sin embargo, puede dar lugar a problemas más graves.
Sería el caso de las criptoeflorescencias. El proceso de formación y el origen es el mismo que ya hemos explicado, pero en este caso el proceso de cristalización se produce en el interior de los alvéolos de la superficie del material. La creación de estos cristales implica un incremento del volumen de un 35%, lo que supone un empuje que puede producir tensiones en el material que le producen lesiones y pueden afectar su durabilidad.
¿Cómo resolver el problema?
La humedad
En primer lugar, lo que resulta fundamental es localizar la fuente de humedad y suprimirla.
- El caso más desfavorable es que la presencia de humedad se deba a un proceso de capilaridad. Normalmente se debe a que el paramento se encuentra en contacto directo con el terreno, con lo que será necesaria una intervención constructiva que añada impermeabilización.
- Si se trata de humedad por condensación, será el correcto aislamiento del paramento el que evitará este fenómeno.
- En el caso de humedades por filtración, las pinturas impermeables, antihumedad o con capacidad anti‐moho son una buena opción para proteger los paramentos.
En cualquier caso, una vez existe una eflorescencia, es fundamental limpiarla a través del cepillado y proceder a la reparación del soporte, ya que es frecuente que la aparición de una eflorescencia se dé sobre otras anteriores que no han sido debidamente tratadas.
Los materiales
De manera preventiva, para evitar las eflorescencias, y en particular las que están vinculadas al proceso de construcción, hay que prestar atención a los materiales que vamos a utilizar.
En primer lugar, no se deben usar aguas calcáreas para el amasado de morteros, y utilizar un tipo de éstos con baja alcalinidad, de manera que no se vea favorecida la formación de sales. Por otro lado, la aplicación de los morteros está desaconsejada en condiciones de lluvia o alta humedad y resulta fundamental respetar los tiempos de curado.
Conclusiones
Sin ser un problema grave, las eflorescencias pueden resultar molestas para la percepción estética de las edificaciones.
Se resuelven a través de la prevención en la aplicación y el uso de los materiales apropiados y contando con correctos sistemas de aislamiento y protección frente a la presencia de agua.
