En términos coloquiales, usamos estas dos expresiones como si fueran sinónimas. Sin embargo, los conceptos de contaminación ambiental y polución presentan ciertos matices que los diferencian. Es interesante llegar a este nivel de detalle porque es la manera más eficiente de encontrar soluciones específicas a los problemas que cada una de estas realidades provocan.
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¿Cómo distinguir entre polución y contaminación ambiental?
Para poder entender los matices que marcan las diferencias entre contaminación ambiental y polución, hay que recurrir a sus correspondientes definiciones léxicas recogidas en la RAE. Así, podríamos resumir que:
- La contaminación ambiental es el resultado de introducir en un entorno agentes físicos o químicos con capacidad de alterar nocivamente ese determinado medio.
- La polución es una forma de contaminación originada por residuos provenientes de procesos biológicos o industriales, que se caracteriza por manifestarse de una forma especialmente intensa y dañina en medios fluidos (el aire o el agua).
Atendiendo a esta referencia terminológica, ya se pueden elevar conclusiones que marcan las diferencias entre estos dos conceptos. A grandes rasgos, se puede afirmar que cualquier tipo de polución es contaminación, mientras que la contaminación ambiental no siempre podría ser considerada polución.
Ejemplos para entender la diferencia entre contaminación y polución
No hay una forma más eficaz y potente de entender un concepto que a través de un ejemplo extraído de la realidad. Por eso, teniendo en cuenta una posible dificultad para apreciar los matices que distinguen la polución de la contaminación ambiental, nos parece interesante exponer casos concretos representativos de ambas situaciones.
Seguramente, la primera imagen que se nos viene a todos a la cabeza al pensar en polución es una oscura y densa nube de humo proyectada a la atmósfera desde una fábrica. Efectivamente, este es un supuesto más que representativo de lo que es la polución. Lo mismo podríamos decir de los vertidos de aguas grises que desembocan en nuestros ríos, que llevan una elevada carga de polución biológica porque se trata de aguas no tratadas y filtradas, por lo que presentan altos niveles de concentración bacteriana.
Si ahora ponemos el foco en ejemplos representativos de contaminación ambiental, el más simbólico es el de los vertederos de residuos naturales. Para que estos lugares puedan identificarse como un problema de polución, tendrían que generar una contaminación de tal intensidad que lleguen a verse alterados y afectados los acuíferos cercanos.
Las repercusiones de la polución
Ha quedado claro que la polución es un problema mucho más agudo que merece la adopción de medidas inmediatas y contundentes para frenarla, porque la afectación sobre el medioambiente y sobre nuestra salud es altamente nociva y peligrosa. Pero, además de esta primera distinción, hay otros elementos que ratifican por qué los términos contaminación ambiental y polución no deberían usarse como sinónimos si queremos ser rigurosos en el uso que hacemos del lenguaje y, sobre todo, precisos a la hora de afrontar los problemas específicos que acarrea cada uno de ellos.
En concreto, otra de esas diferencias es la que se refiere al medio en el que se manifiesta la polución, que queda reducido exclusivamente a los fluidos. Es decir, solo se puede considerar polución al fenómeno contaminante intenso que afecta al aire o al agua. Este factor, lejos de ser menor, es esencial porque permite entender hasta qué punto las repercusiones directas que tiene la polución sobre nuestra salud son más graves que las de la contaminación medioambiental.
Respirar un aire altamente intoxicado es una de las causas que explican el aumento exponencial de la prevalencia de enfermedades cardiacas y respiratorias en zonas con niveles elevados de polución de todo el planeta. De igual forma, la utilización para el consumo humano de aguas con niveles de contaminación excesivos se traduce en la aparición de enfermedades tan graves como el tifus, el cólera, la disentería o, incluso, la poliomielitis. De hecho, una de las alertas más urgentes que lanza la OMS se refiere a la necesidad de garantizar el acceso a agua potable para todo el mundo. Según sus propios datos, la polución del agua es responsable de más de 500.000 muertes por diarrea al año.
¿Cómo afrontar las secuelas de la contaminación ambiental?
Aunque hayamos señalado que la contaminación ambiental tiene unos efectos menos intensos sobre el medio al que afecta, ello no significa que no sea urgente también tomar medidas para atajarla, como señalábamos en el caso de la polución. De nuevo, es muy útil que recurramos a un ejemplo para explicar este punto. Cuando se detecta contaminación en un suelo que no se dedica directamente a la agricultura podría parecer que no es necesario actuar porque la salud humana no se ve afectada. Esta conclusión es un grave error, porque, a medio y largo plazo, esa contaminación se extenderá a toda la cadena biológica y acabará llegando a las personas.
Por lo tanto, está demostrado que existen diferencias entre polución y contaminación ambiental, unas singularidades que deben conocerse para abordar con precisión soluciones a medida para estos problemas y sus consecuencias. Pero, sobre todo, es importante entender que la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente son realidades globales en las que debemos implicarnos desde todos los ámbitos, si realmente queremos frenar el cambio climático.