Entendemos por higiene ambiental aquellas actividades encaminadas a mejorar o mantener el estándar de las condiciones ambientales básicas que afectan el bienestar de las personas. Estas condiciones incluyen un suministro de agua limpia y segura, una calidad del aire que respiramos adecuada, una eliminación eficiente de desechos animales, humanos e industriales, la protección de los alimentos contra contaminantes biológicos y químicos y una vivienda adecuada en un entorno limpio y seguro.
Tabla de contenidos
La higiene ambiental, por tanto, implica el cuidado de los factores químicos, físicos y biológicos externos a la persona con el objetivo de prevenir enfermedades creando un entorno saludable ya que de ello dependerá nuestra calidad de vida.
Prevenir enfermedades
Al igual que la higiene ambiental tiene como objetivo cuidar nuestra salud, será la medicina ambiental la que se ocupe de estudiar las enfermedades causadas por los agentes tóxicos en el siglo XXI.
Desde el año 2007, se viene celebrando en España el Congreso Internacional de Medicina Ambiental como iniciativa de la Fundación Alborada.
Y es que, aunque la población no es consciente de ello, existen hoy en día más de 100.000 sustancias perjudiciales o contaminantes, en la mayor parte de los casos introducidos en el ambiente por acción humana y que pueden penetrar en nuestro organismo actuando como agentes productores de enfermedades.
Un ejemplo de ello es la conocida legionelosis, una enfermedad de tipo infeccioso de aparición en la década de los años 70, y de cuya patología se desconoce el origen, aunque sí se sabe que está producida por una bacteria que nace principalmente en los aparatos de aire acondicionado, en las torres de refrigeración o en el agua de red o estancamientos de agua.
De ahí que cada vez se considere más necesario realizar un adecuado mantenimiento y un control más exhaustivo en relación con este tipo de instalaciones y evitar así cualquier brote infeccioso.
La higiene ambiental, por tanto, incluirá en muchos casos, tareas de fumigación, desinsectación y desinfección para controlar las bacterias y organismos nocivos para la salud.
Nuevas exigencias de ventilación para mejorar la salubridad
En esencia, el concepto de salubridad incluye requerimientos de higiene, salud y protección del medio ambiente y es por ello, que dos de los factores fundamentales a tener en cuenta a la hora de proyectar, construir o mantener una vivienda serán la humedad y la calidad del aire interior.
Recientemente, y en directa relación con la higiene ambiental y sus consecuencias, se publicó en el BOE la Orden FOM/588/2017, por la que se modifica el Documento Básico DB-HS «Salubridad», del Código Técnico de la Edificación.
Esta modificación, de aplicación obligatoria en viviendas de nueva construcción y en intervenciones o rehabilitaciones importantes de edificios existentes, especifica nuevos caudales de ventilación para las viviendas con el objetivo de mejorar la calidad del aire interior.
Principalmente, habrá que tener en cuenta que:
- A partir de ahora en las estancias habitables de las viviendas debe aportarse un caudal de aire exterior suficiente para conseguir que en cada local la concentración media anual de CO2 sea menor que 900 ppm y que el acumulado anual de CO2 que exceda 1.600 ppm sea menor que 500.000 ppm·h,
- El caudal de aire exterior aportado debe ser suficiente para eliminar los contaminantes no directamente relacionados con la presencia humana. Esta condición se considera satisfecha con el establecimiento de un caudal mínimo de 1,5 l/s por local habitable en los periodos de no ocupación.
- Las dos condiciones anteriores se consideran satisfechas con el establecimiento de una ventilación de caudal constante acorde con la siguiente tabla: (tabla 2.1 caudales ventilación)
En la zona de cocción de las cocinas se debe disponer de un sistema que permita extraer los contaminantes que se producen durante su uso, de forma independiente a la ventilación general del resto de locales habitables. Dicho sistema deberá permitir extraer un caudal mínimo de 50 l/s.
De acuerdo con el texto, las cocinas deberán disponer de una doble extracción mecánica; una general y otra situada justo encima de la zona de cocción para extraer los vapores y otros gases contaminantes que se generen al cocinar. Para ello, dispondremos de campanas de cocina.
Locales no habitables: norma y caudales de ventilación mínimos
Con respecto a los locales no habitables, en referencia a trasteros, sus zonas comunes, almacenes de residuos, aparcamientos y garajes, la nueva norma indica que deberá aportarse al menos el caudal de aire exterior suficiente para eliminar los contaminantes propios del uso de cada uno de estos locales; humedad, olores y compuestos orgánicos volátiles en el caso de trasteros y almacenes de residuos; y monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno, contaminantes comunes en aparcamientos y garajes.
Esta condición se considera satisfecha si el sistema de ventilación es capaz de establecer al menos los caudales de ventilación ya sea mediante ventilación de caudal constante o ventilación de caudal variable controlada mediante detectores de presencia, detectores de contaminantes como las sondas de calidad del aire, o con cualquier otro sistema de control.
En este tipo de locales, los caudales mínimos serían los siguientes:
Las modificaciones incluidas en la norma, incluyen, además, un Apéndice incluyen, además, la introducción de un nuevo Apéndice sobre “Condiciones de diseño para la determinación del caudal de ventilación de los locales habitables de las viviendas”, en el que se establecen las condiciones de diseño en relación con los niveles de concentración de CO2.
Sin duda, convertir nuestro entorno en un ambiente saludable se hace cada vez más necesario. La incidencia de las enfermedades relacionadas con elementos contaminantes continúa en aumento y no solo a causa de los contaminantes atmosféricos sino también debido al aire que respiramos en el interior de nuestros hogares.