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¿Cómo influye la ventilación en la factura eléctrica? Ahorro energético con el uso de sistemas de alta eficiencia

Publicado por S&P          julio 14, 2017          Lectura: 3 min.

La facturación eléctrica en España es uno de los temas que más controversia y preocupación genera entre los usuarios comerciales, domésticos e industriales. Esto es debido a su coste creciente y a la complejidad a la hora de elegir el sistema de contratación e interpretar la factura.

Lectura: 3 min.

En la facturación eléctrica podemos distinguir, fundamentalmente, dos conceptos básicos:

  • Términos regulados: son los peajes de potencia y de energía (denominados tarifas de acceso a red) que sirven para recaudar la parte correspondiente al mantenimiento del sistema eléctrico.
  • Término de energía: recoge el coste de la energía eléctrica.

Sobre ambos términos se aplica el impuesto eléctrico y el IVA. El término de potencia (lo que habitualmente se llama término fijo) es el coste de acceso a la red según la potencia contratada, y se factura en €/kW. Según los kW contratados, se calcula el coste de acceso de potencia a lo largo del año, y se prorratea en cada factura según el periodo de facturación (mensual o bimensual).

Este coste es fijo, se paga se consuma o no energía, y ha subido de forma significativa durante los últimos años, especialmente para los usuarios domésticos. Para un usuario doméstico, este término supone entre el 40 % y el 60 % del coste de la factura. Por lo tanto, estos usuarios no suelen contratar la potencia realmente requerida para evitar un coste excesivo. Para los usuarios de tarifas de varios periodos (más potencia contratada) la facturación del término es más compleja: se paga un concepto de exceso de potencia en caso de que se supere el valor de la potencia contratada durante el periodo de facturación. En el término de energía también se recoge un término regulado: una parte del mismo corresponde a un peaje variable de energía que se factura para mantenimiento del sistema eléctrico.

El término de energía sirve para facturar la energía realmente consumida, y se calcula multiplicando un término variable de energía (€/kWh) por los kWh consumidos durante el periodo de facturación. Existen tarifas de 2 o 3 periodos de facturación, en los que el coste de la energía varía en función de las horas del día, que se clasifican según esos periodos.

Es interesante, en ese caso, intentar disminuir el consumo en las horas más caras, que suelen ser el mediodía y la franja entre las 18:00 h y las 22:00 h. Los nuevos contadores inteligentes permiten que se lleve a cabo un nuevo sistema de facturación en el que el coste de la energía varía hora a hora.

Para potencias de hasta 10 kW (usuarios domésticos y pequeños comercios), puede contratarse una mediante tarifa regulada (fijada por el gobierno) o una tarifa libre. La tarifa regulada por el estado recibe el nombre de Precio Voluntario del Pequeño Consumidor (PVPC) y puede ser fija o variable.

Influencia de la ventilación en el coste eléctrico

Los sistemas de ventilación influyen de forma directa en el confort de la vivienda y su salubridad, pero también en el coste energético de explotación del edificio. El coste energético debido a la climatización puede ser sólo eléctrico (es el caso de los sistemas de calefacción eléctrica, las bombas de calor, los equipos de refrigeración) o combinar consumo eléctrico y consumo de combustibles.

El aire introducido desde el exterior de la vivienda ha de ser calentado o enfriado hasta alcanzar las condiciones de confort, con el consiguiente consumo de energía. Por lo tanto, si se introduce sólo el aire realmente requerido, se disminuye notablemente el consumo de energía. Si incorporamos sistemas de recuperación de calor o de energía, que calientan el aire de entrada (o lo enfrían, dependiendo la época del año) y usamos la energía del aire extraído, obtendremos un importante ahorro adicional en nuestra factura energética, además de garantizar un gran nivel de confort.

Además del caudal de aire adecuado, no deja de ser importante un correcto diseño de la instalación. Las pérdidas de carga elevadas ocasionan la selección de ventiladores de mayor potencia para poder ofrecer las prestaciones requeridas en cada instante. Es por ello que si se realiza una instalación incorrecta, con altas velocidades de paso de aire y numerosos incidentes, como podrían ser codos o reducciones importantes del conducto, la potencia consumida de los ventiladores aumentará de forma exponencial.

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Uso de sistemas de alta eficiencia

Los sistemas de ventilación mecánica cuentan con ventiladores para la admisión y extracción del aire. Esto implica un consumo eléctrico para el accionamiento de los mismos, lo cual supone un coste adicional en la facturación eléctrica.

El uso de sistemas de ventilación de alta eficiencia energética reducirá el consumo de energía requerido para la ventilación, al controlar el aire introducido y reducir al máximo la operación de los ventiladores. Si además integramos sistemas de ventilación con motores eléctricos de caudal variable, de alta eficiencia energética, lograremos obtener el caudal requerido de ventilación con un consumo de energía mucho menor.

La facturación eléctrica se ve altamente influenciada por los hábitos de consumo de los usuarios. Una solución integral que incluya los últimos avances tecnológicos es la mejor estrategia para garantizar el ahorro.