En los últimos años, los sistemas de construcción industrializados se han convertido en la alternativa más eficiente a los sistemas de construcción tradicionales. Esto es gracias a sus técnicas innovadoras y sus excelentes resultados en términos de eficiencia, reducción de costes y sostenibilidad.
Tabla de contenidos
Dentro de este modelo tan novedoso, las casas modulares industrializadas son cada vez más populares, especialmente por el gran interés que despierta la construcción sostenible y eficiente. Pero, ¿qué son las casas modulares y qué ventajas ofrecen respecto a la construcción convencional?
¿Qué son las casas modulares industrializadas?
Una casa modular es aquella que se construye por módulos en un taller o fábrica. Posteriormente, cuando todos los elementos están listos y después de que se haya hecho la cimentación adecuada en el terreno, esta se transporta hasta el lugar en el cual se va a ubicar y se monta allí.
Desde el punto de vista estético, las casas modulares no difieren significativamente de las viviendas tradicionales. El punto diferenciador está en la construcción, ya que en ella se utiliza un sistema industrializado en el que la mayoría de los materiales son elaborados en fábrica, mejorando y acelerando el proceso de construcción.
Por sus características, las casas modulares ofrecen una mayor eficiencia energética: su ahorro puede ser hasta un 80 % mayor que en el caso de las viviendas tradicionales. Además, son más sostenibles desde el punto de vista medioambiental, ya que suelen incluir sistemas de energía renovable, generan menos residuos y aprovechan y reutilizan el agua de lluvia o las aguas grises.
Diferencias entre las casas modulares y las casas prefabricadas
Aunque a menudo estos términos se utilizan de manera indistinta, lo cierto es que las casas modulares son diferentes a las casas prefabricadas. De hecho, la principal diferencia entre ellas es la fabricación. Las casas prefabricadas se diseñan y construyen en un mismo lugar para después ser transportadas hasta su ubicación final. Además, los materiales suelen ser más pequeños y ligeros.
En el caso de las casas modulares, en cambio, tanto la fabricación como el montaje se realiza por partes, este último en la ubicación definitiva. Además, tanto la normativa como los criterios para conceder los sellos de calidad suelen ser más estrictos, ya que este tipo de viviendas tienen una vocación de permanencia en el tiempo. Esto no sucede con las casas prefabricadas, que suelen ser temporales.
¿Qué necesitas para construir una casa modular?
A pesar de que gran parte de la estructura de las viviendas modulares se realiza en fábricas, se debe realizar la cimentación de la vivienda para anclarla al terreno y conectar los principales suministros (agua, luz, gas y saneamientos). En consecuencia, es necesaria la intervención de un arquitecto y la licencia de obra del ayuntamiento para comenzar la obra.
Una vez construida la vivienda, hay que obtener la cédula de habitabilidad, un documento administrativo emitido por el Ayuntamiento que ratifica que esta reúne las condiciones básicas para ser habitada.
En consecuencia, una vivienda modular es considerada como un bien inmueble a todos los efectos legales y financieros, con todo lo que ello implica. Por ejemplo, pueden hipotecarse como cualquier otro inmueble y tienen que pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Además, para su construcción hay una serie de gastos que habrá que acometer, como el estudio de suelo y la cimentación, los honorarios del arquitecto, la acometida y el alta de los suministros, entre otros.
¿Me conviene una casa modular? Los principales factores a tener en cuenta
La respuesta, como en cualquier otro ámbito, no es única, ya que depende de numerosas circunstancias y factores. Por eso, antes de tomar la decisión de comenzar con una construcción de este tipo, los expertos recomiendan estudiar la parcela, ver cuáles son sus condiciones y analizar en detalle cómo quedaría la vivienda modular en ese entorno.
En cuanto al precio, las viviendas modulares suelen ser más baratas que las construcciones convencionales, sin que ello signifique una merma en la calidad de la construcción. Por ejemplo, el precio de una vivienda modular de hormigón es de aproximadamente 800 €/m2 para una gama de construcción sencilla y montaje rápido, con módulos ya estandarizados que no permiten la personalización. En estas circunstancias, una vivienda modular de aproximadamente 100 m2 tendría un precio de 80 000 €. No obstante, existen modelos que pueden ser tan o más caros que las viviendas convencionales.
Por último, otro factor que influye a la hora de seleccionar una vivienda modular es el tiempo de construcción y la entrega. Aquí es donde las viviendas modulares ganan con respecto a la construcción convencional, ya que los plazos se acortan bastante: en unos seis meses la vivienda puede estar totalmente construida y lista para ser habitada.
A todo ello hay que unirle que las viviendas modulares contribuyen a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promulgados por la ONU en materia de cuidado por el medio ambiente y promoción de energías no contaminantes. Gracias a la construcción industrializada y a los sistemas de ventilación mecánicos incorporados a este tipo de viviendas, se promueve la eficiencia, sostenibilidad y ahorro energético.
No obstante, hay una gran cantidad de decisiones y personalizaciones que el propietario deberá tener en cuenta. La eficiencia energética, la calidad de los acabados, los anexos, las soluciones de domótica, el sistema de ventilación e incluso los muebles que irán instalados con la casa son algunas de ellas.