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Oficina saludable: Estrategias para mantener una buena calidad del aire interior

Publicado por S&P          agosto 10, 2020          Lectura: 5 min.

No es necesario que tu empresa sea una startup tecnológica basada en Silicon Valley para contar con una oficina moderna y adaptada a los trabajadores. De hecho, el concepto “oficina saludable” con una buena calidad del aire interior, del que hablaremos hoy, es una tendencia cada vez más extendida y solicitada, que puede realizarse en cualquier tipo de empresa.

Lectura: 5 min.

En definitiva, se trata de que las empresas garanticen la salud y el bienestar de sus empleados cuando acuden a su puesto de trabajo. Aunque muchos empresarios quieran lo máximo para sus trabajadores, no siempre acompaña la disposición del espacio de trabajo. Por eso queremos revisar hoy aquí qué significa contar con una oficina saludable y cuáles son sus ventajas y fórmulas para adquirirla.

Repasemos los básicos para conseguir un espacio de trabajo saludable: ¿Cuáles son los requisitos? ¿Qué pautas son imprescindibles para garantizar salud y mejorar la productividad?

¿Oficina saludable o edificio saludable?

En primer lugar, hace falta remarcar que la vida en la oficina post-pandemia implica un esfuerzo extraordinario en una serie de áreas. Sin embargo, ya existía una tendencia por construir mejores edificios de oficinas antes del COVID-19. Como nos cuenta Harvard Business Review, un edificio será saludable si cumple unos estándares elevados en estos nueve pilares:

  • Ventilación.
  • Calidad del aire.
  • Salud térmica.
  • Humedad adecuada.
  • Limpieza e higiene.
  • Protección y seguridad.
  • Calidad del agua.
  • Control del ruido.
  • Iluminación y vistas.

Hemos hablado en este blog del Síndrome del Edificio Enfermo y de los efectos dañinos de una mala calidad del aire. En definitiva, se trata de estandarizar unas normas para elevar el estado del espacio de oficina. Pero también hay otras formas de enfocar esta problemática, que extienden las soluciones al propio empleado.

Una de ellas es el concepto del WELL Building Standard, que además se ha convertido en una certificación que las empresas pueden solicitar. En el concepto WELL todo va ligado a estos factores: aire, agua, luz, nutrición, ejercicio, confort. 

Pero muchos expertos están de acuerdo en que la oficina no solo son los elementos que la conforman sino, también, las personas que pueblan este espacio. Una mirada más actualizada a la oficina moderna reúne también el teletrabajo, la flexibilidad de horarios, la conciliación familiar, las zonas de descanso, etcétera.

WELL Building Standard

Más allá de las anteriores fórmulas está el nuevo concepto WELL v2, que incluye todos estos elementos: aire, agua, nutrición, luz, movimiento, confort térmico, ruido, materiales, bienestar mental, comunidad e innovaciones. Como vemos, algunos de estos conceptos son novedosos respecto a lo que hemos visto hasta ahora. En todos se añade una mayor profundidad a lo visto hasta ahora, pues cada concepto es meticulosamente medido para valorar si una oficina merece o no la certificación. 

Más adelante desgranaremos el apartado dedicado a la calidad del aire, ámbito en el que somos expertos. Sin embargo, aquí damos pequeñas pinceladas sobre algunas de las novedades:

  • Concepto “movimiento”: promover la actividad, además de buscar el confort ergonómico y la seguridad de los trabajadores.
  • Concepto “materiales”: reducir o eliminar la exposición de materiales constructivos dañinos para la salud; y mitigar la contaminación ambiental derivada de materiales y estructuras.
  • Concepto “comunidad”: colaborar al acceso a atención sanitaria esencial, promoción de un ámbito saludable y conciliación laboral.
  • Concepto “innovación”: que la innovación dentro de la empresa sirva de asiento para el desarrollo de estrategias con el fin de crear entornos saludables.

Además, del efecto directo de trabajar en un entorno saludable, muchos estudios científicos avalan este concepto de oficina. Por ejemplo, este artículo de varios departamentos de la universidad de Harvard, que apunta datos valiosos sobre el impacto cognitivo de trabajar en una oficina verde:

  • En los edificios certificados como verdes, los trabajadores obtenían un resultado superior en un 26,4% en tests sobre función cognitiva.
  • En estos mismos edificios, las tasas de calidad del sueño mejoraban en un 6.4%.
  • Además, mostraban una reducción del 30% en la incidencia de síntomas relacionados con “edificios enfermos”, como el asma, alergias o enfermedades respiratorias.

Calidad del aire interior

Llegados a este punto queremos ahondar en un tema que es una constante dentro de nuestro blog que es la calidad del aire interior.

Cada uno de los diez conceptos de WELL v2 tiene unos requisitos esenciales para recibir la puntuación, acompañados de una serie de mejoras que pueden aumentar la nota final. Así que estos esenciales son los preceptos imprescindibles para garantizar que una oficina sea saludable en cuanto a la calidad de su aire:

  • Calidad del aire esencial: asegurar los niveles básicos de calidad del aire que determinan las autoridades sanitarias. 
  • Entorno libre de humos: la guerra al tabaco es una obligación. Por lo tanto, hay que prohibir el tabaquismo en la mayor cantidad de espacios posibles y minimizar la exposición al humo del tabaco en fumadores pasivos.
  • Efectividad de la ventilación: principalmente, se trata de prevenir los problemas derivados de una mala calidad del aire con una ventilación efectiva y solvente. Asegurar la entrada de aire fresco y reciclado del aire por medios mecánicos o naturales.
  • Gestión de la polución por construcción: minimizar la introducción en el aire interior de contaminantes de la construcción (durante renovaciones o construcción de edificios), así como la protección de la degradación del propio espacio de oficinas. 

Más allá de cumplir con la normativa

Como ya hemos mencionado, los anteriormente comentados son elementos que ayudan a mejorar la calidad total de estas oficinas saludables, según el estándar WELL v2, encontramos las siguientes:

  • Calidad del aire mejorado: proyectos que van más allá de los básicos y buscan directamente mejorar la salud de las personas y su productividad.
  • Ventilación mejorada: lo mismo que arriba, pero ligado a la ventilación, en cuatro pasos. Consiste en aumentar el suministro de aire exterior; implementar ventilación controlada “a demanda”; implementar estrategias de ventilación por difusión; implementar una distribución avanzada del aire.
  • Introducir ventanas operativas: animar a los trabajadores a que utilicen ventilación natural, cuando la calidad del aire exterior es aceptable, mediante ventanas operativas.
  • Monitorización y control de la calidad del aire: informar y educar a los trabajadores en esta materia, para un mayor control de este tipo de asuntos.
  • Gestión de la filtración de contaminantes: reducir la transmisión al aire interior del edificio los contaminantes del exterior a través de las entradas y el entorno del edificio.
  • Minimización de la combustión: reducir al máximo la exposición humana a los contaminantes derivados de la combustión de fuentes relacionadas con calefacciones y transporte.
  • Separación de fuentes: estrategias para aislar las fuentes de olores, gérmenes, polución o humedad a través de puertas destinadas a estos usos.
  • Filtración del aire: eliminar contaminantes aéreos internos y externos a través de elementos que filtren el aire. 
  • Control activo VOC: las siglas VOC hacen referencia a “compuestos orgánicos volátiles”, por sus siglas en inglés. Para ganar esta puntuación extra, es necesario el uso de filtros avanzados de carbono para reducir los niveles de estas partículas.

Control de microbios y mohos: requiere proyectos para conducir inspecciones regulares de cara a eliminar las fuentes de microbios y mohos, como con dispositivos de filtrado con luz ultravioleta.

La importancia de una buena ventilación