Cuando se habla de eficiencia energética en el hogar, se tiende a prestar atención a parámetros que no tienen en cuenta el nivel de calidad de aire interior, un elemento esencial en la salud de las personas. Conseguir un nivel de humedad idóneo, juega un papel muy importante a la hora de tener unos niveles de calidad de aire interior.
Tabla de contenidos
Actualizado el 22 de noviembre de 2023.
1. Humedad interior
La humedad ambiental se refiere a la presencia de vapor de agua en el aire. Este es uno de los parámetros a medir para determinar la calidad del ambiente interior en los edificios. Para establecer unas condiciones óptimas de confort dentro de la vivienda no sólo se tiene en cuenta la humedad relativa, la temperatura seca del aire, la temperatura radiante media de los cerramientos del recinto y la velocidad media del aire, sino que también se valora la actividad metabólica y el grado de vestimenta de las personas que se encuentran dentro de la estancia.
Por consiguiente, las condiciones interiores óptimas de los edificios varían de la época invernal al estío. Según los parámetros establecidos en el RITE, el Reglamento de instalaciones térmicas en los edificios, las condiciones interiores en invierno se deben situar entre 21-23 ºC y un 40-50% de humedad relativa. Mientras que en verano, la temperatura se situará entre los 23-25 ºC y la humedad relativa en 45-60%.
2. Confort y salubridad
El mantenimiento del ambiente del hogar dentro de los parámetros anteriormente indicados garantiza un nivel de confort para los usuarios o residentes de los edificios, en particular de las viviendas, ya que es donde pasamos gran parte del día.
Al ser la humedad uno de los factores que más influyen en la consecución de dicho confort, es importante tener en cuenta los requerimientos de calidad de aire interior que el RITE establece sobre ella.
Los requerimientos del RITE son determinantes en la regulación de la humedad ideal de una casa y de salubridad en general. Esto es debido a que no sólo tiene en cuenta la sensación de confort de los usuarios y habitantes, sino que también vela por la salud de éstos: el dato de humedad relativa máxima anteriormente citado del 60%, es el máximo al que habría que llegar si queremos evitar condensaciones que dan lugar a aparición de moho y microorganismos perjudiciales para la salud.
3. Medir la humedad del aire
Para medir la humedad del aire se utilizan higrómetros: unos equipos que durante las últimas décadas han evolucionado hasta tener un tamaño de un USB y estar totalmente digitalizados. Este hecho es un reflejo de la cada vez más relevancia que toma la humedad en nuestro entorno diario.
Los higrómetros más modernos miden la temperatura y la humedad relativa (con fecha y tiempos de registros) y calculan parámetros complementarios como el punto de rocío. Permiten hasta 17.000 registros, por lo que almacenan información para hacer un seguimiento continuo de una estancia concreta durante un largo periodo de tiempo.
4. Los sistemas inteligentes de ventilación y su influencia en la humedad relativa ideal
La ventilación está estrechamente relacionada con el nivel de humedad dentro de casa, lo que repercute en el consumo de energía que se necesita para mantener un ambiente confortable y saludable en las diferentes estancias del hogar.
Instalar un sistema inteligente de ventilación ayuda a evitar las concentraciones elevadas de humedad gracias a su extracción de zonas húmedas como baños o cocina, manteniendo así el aire interior dentro de unos niveles adecuados de humedad.
Una escasa ventilación puede traer consigo problemas de salud a los habitantes de ese espacio, ya que puede dar lugar a porcentajes elevados de humedad y favorecer la concentración de diferentes elementos contaminantes. Por ejemplo, un alto porcentaje de humedad provoca un aumento de la presencia de moho lo que incrementa considerablemente el riesgo de infecciones respiratorias.
5. Ventajas de instalar un sistema inteligente de ventilación
Los principales beneficios de instalar un sistema inteligente de ventilación:
- Ahorro energético
- Reduce la demanda energética del hogar
- Mejora de los niveles de confort
- Controla la calidad del aire interior
- Ayuda a mantener los niveles de humedad ideal
- Previene problemas de salud relacionados con la presencia de humedad en casa
La Demanda Controlada de Ventilación (DCV) controla de forma automática la cantidad y calidad del aire del interior de la vivienda. Estos sistemas introducen un volumen de aire variable en el edificio lo que permite maximizar el confort de la casa, al mismo tiempo que se hace un uso de la energía más eficiente. Esto se traduce en que la Demanda Controlada de Ventilación supone un ahorro energético medio del 40%.
Estos sistemas constituyen la mejor solución técnica actual para garantizar una correcta ventilación y evitar muchos problemas vinculados a la mala calidad del aire como la proliferación de bacterias, ácaros del polvo, hongos y humedades.