Los seres humanos pasan el 90 % de su tiempo en interiores. Los estudios indican que la calidad de aire interior (IAQ) está directamente relacionada con el bienestar y la productividad de los seres humanos. El 30 % de los edificios tienen una IAQ insuficiente.

En una misma edificación, las necesidades de ventilación en las diferentes zonas pueden variar a causa de parámetros como la ocupación, las concentraciones de C02 o la concentración de olores, humedad o gases.
ZONAS
El sistema de demanda controlada de ventilación permite establecer una regulación inteligente permanente e independiente por zonas, atendiendo las necesidades de ventilación de cada una y evitando la ventilación innecesaria.
En cuanto a las características de las zonas distinguimos dos tipos:
- Zonas secas: Son aquellas que no tienen vapores y cuyas necesidades de ventilación son determinadas por la ocupación (personas en el interior de la sala) la temperatura o la acumulación de C02. Por ejemplo:
- Salas diáfanas en edificios de oficinas
- Salones y dormitorios en viviendas
- Despachos
- Áreas de espera
- Zona mesas en restaurantes
- Zonas humedas. Son aquellas en las que además de los parametros anteriores pueden acumularse compuestos orgánicos volátiles (VOC), o humedad por las actividades que se realizan en su interior. En un edificio de ofininas, por ejemplo, estaríamos hablando de los baños. Por ejemplo:
- Aseo/baño en viviendas
- Agrupaciones de baños en edificios
- Cocinas
SENSORES
Para reaccionar ante las necesidades de ventilación, cada zona debe incorporar los sensores y elementos inteligentes más adecuados para evaluar las necesidades de ventilación.
A continuación describimos los más comunes:
Sensor concentración de C02
El CO2, o dióxido de carbono, es un gas inodoro, incoloro y vital para la vida. No obstante, concentraciones excesivas afectan a la calidad de aire y pasan a ser nocivas para los humanos. Aunque no es ni mucho menos la fuente principal de emanación, el ser humano genera CO2.
Aspectos destacados del CO2 en relación con la DCV:
▪ La ocupación y el CO2 están estrechamente relacionado. Por tanto, mediante este parámetro podemos lobrar una buna calidad de aire interior.
▪ La medición de CO2 es provablemente el método más económico para monitorear tanto la calidad de aire como la presencia humana con un sensor.
▪ Una ventilación inadecuada provoca en un nivel elevado de CO2, lo que genera somnolencia y una menor productividad en sus ocupantes.
Información sobre el CO2:
▪ El CO2 se mide en partes por millón (ppm).
▪ Concentraciones típicas de CO2 en ambientes exteriores: 350 – 450 ppm
▪ Concentraciones aceptables de CO2 en IAQ: 600 – 800 ppm
▪ Concentraciones tolerables de CO2 en IAQ: 1000 ppm
Concentración típica de CO2 (en ppm) y sus efectos en las personas:
Otros sensores:
- Sensor presencia: Detecta la ocupación de una zona.
- Sensores de temperatura: Detectan las variaciones de la temperatura.
- Sensores de humedad: Realizan mediciones de humedad.
- Sensores concentración de VOC: Los VOC, o Compuestos Orgánicos Volátiles, son sustancias químicas que contienen carbono, se hayan en la mayoría de elementos vívos y se convierten fácilmente en vapores o gases.
Aspectos destacados del VOC en relación con la DCV:
- Muchas sustancias VOC se encuentran comunmente en disolventes de pintura, lacas, aromatizantes del aire, perfumes, tratamiento de maderas y otros productos fácilmente empleados y almacenados en las viviendas y/o edificios. Su detección y reducción mediante un sistema de ventilación inteligente mejora la calidad de aire.
- Existen zonas en el interior de viviendas y edificios que no presentan ocupaciones elevadas pero, en cambio, sí contienen concentraciones de sustancias VOC. Dado que en ocasiones la sensación de calidad de aire está ligada a los olores presentes en la zona, un sensor de concentración VOC detectará esta situación.
- Un exceso en la concentración de Compuestos Orgánicos Volátiles puede provocar irritación en ojos, garganta y nariz, dolor de cabeza y fatiga.
- Los sensores VOC normalmente traducen la lectura realizada a equivalentes en partes por millón (ppm) para de esta forma seguir una referencia similar a los sensores CO2.
Sensores más adecuados por zonas
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