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Edificios inteligentes: eficiencia, confort, seguridad y economía

Publicado por S&P          junio 17, 2019          Lectura: 4 min.

La mayor parte de los edificios que se construyen en la actualidad disponen de distintas tecnologías inteligentes ya sea en sus sistemas de iluminación, de climatización, ventilación e incluso en los sistemas de seguridad… pero ¿a qué nos referimos con el concepto de edificio inteligente?

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Pues bien, podría decirse que un edificio inteligente es aquel que utiliza la tecnología para crear un entorno más confortable, seguro y productivo para sus ocupantes y más eficiente operativamente para sus propietarios. Este término es aplicable a cualquier tipo de edificación: construcciones residenciales, comerciales, industriales, espacios deportivos, etc.

A medida que las ciudades se vuelven inteligentes, también lo son sus medios de transporte, infraestructuras y sus edificaciones. A través de la tecnología se persigue controlar el acceso y seguridad, el uso de los recursos energéticos como el agua y la luz, las instalaciones de climatización y la temperatura, la domotización de las tareas del hogar y,  en definitiva, realizar una gestión eficiente de forma automatizada y controlada de todos los sistemas.

La concepción de un edificio inteligente comienza desde el inicio del proyecto en el que se deben implicar equipos multidisciplinares (arquitectos, ingenieros de telecomunicaciones, técnicos…). Estos profesionales serán los encargados de realizar un estudio básico sobre oferta y demanda energética, sistemas constructivos, elección de tecnologías y componentes y la interconexión entre todos estos elementos para que, a través de los datos recogidos, se logren los objetivos en cuanto a costes, confort, comodidad, seguridad, flexibilidad y productividad.

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Qué requisitos debe cumplir un edificio inteligente

Si tenemos en cuenta que los edificios inteligentes serán claves en un futuro no muy lejano para mejorar nuestra calidad de vida y bienestar personal, será importante conocer qué requisitos deben cumplir estas edificaciones:

  1. En cuanto a su diseño arquitectónico y constructivo: un edificio inteligente deberá cubrir las necesidades de sus ocupantes en diversos ámbitos; confort térmico, seguridad, accesibilidad, operatividad, etc. Son edificios de diseño moderno y ante todo prácticos, que permiten intervenciones y remodelaciones rápidas y económicas y una rápida adaptación para la implementación de los continuos cambios tecnológicos que se dan en el sector. Edificios diseñados para una larga vida útil.
  2. En cuanto a su tecnología; un edificio inteligente debe incluir la automatización de todos sus sistemas y estar dotado de instalaciones controladas a  través de sistemas domóticos gestionados mediante tecnología de comunicación avanzada. Esta gestión y control automatizados permiten aumentar la eficiencia energética, la seguridad, la usabilidad y la accesibilidad.
  3. En cuanto a su impacto medio ambiental: un edificio inteligente debe ser construido utilizando los materiales y sistemas más eficaces y eficientes respetando el medio ambiente y el entorno. Sus principales objetivos deben ser alcanzar los  máximos niveles de eficiencia energética y ahorro energético en todos sus sistemas de climatización, ventilación e iluminación y reducir al máximo sus emisiones contaminantes.
  4. En cuanto a los aspectos económicos y de costes: uno de los principales objetivos de un edificio inteligente debe ser el de optimizar sus costes de funcionamiento y mantenimiento y prolongar al máximo su vida útil. Adicionalmente, este tipo de edificios cuentan con un valor añadido con respecto a las construcciones convencionales y generan mayor interés, repercutiendo directamente en su valor de mercado en cuanto a sus precios de venta o alquiler.

En resumen, un edificio inteligente debe ir más allá de la incorporación de la tecnología y, a través de la integración de todos los conceptos mencionados proporcionar a los usuarios un entorno más seguro, sostenible, cómodo y rentable.

La climatización de los edificios inteligentes

La necesidad de avanzar hacia la eficiencia energética en los edificios ha derivado en un importante avance tecnológico en los sistemas de climatización de los edificios y especialmente en los sistemas de ventilación que, influyen directamente, en la demanda térmica y en la calidad del aire interior.

La Demanda Controlada de Ventilación (DCV) es una tecnología que provee a los ocupantes de una vivienda o edificio de la cantidad adecuada de caudal de aire según sus necesidades de forma automática. Se trata de controlar la calidad del aire interior y, a al mismo tiempo, generar ahorro energético.

Esta tecnología también permite controlar las prestaciones de la instalación utilizando ventiladores de bajo consumo en combinación con una serie de sensores inteligentes (sensores de CO2, temperatura, humedad y calidad de aire), detectores de presencia y otros elementos como los controladores de velocidad, convertidores de frecuencia, etc.

En la actualidad, las construcciones modernas tienden hacia modelos de edificación con un consumo energético casi nulo conseguido mediante viviendas con muy baja demanda de calefacción en las que cualquier solución de ventilación inteligente que incorpore un recuperador de calor puede proporcionar la climatización adecuada con una elevada eficiencia energética.

En esencia, se trata de que la implementación de todos estos sistemas inteligentes se traduzca en ahorro de energía garantizando un uso eficiente de los sistemas sin renunciar al  confort térmico y buena calidad ambiental interior.

Conceptos básicos de la ventilación