No se trata de alarmar, pero según diversos informes científicos, la variedad y cantidad de esporas en el aire es mucho mayor de la que podríamos imaginar.
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En concreto, un estudio realizado por la prestigiosa Sociedad Max Planck para la Promoción de la Ciencia de Alemania ha constatado que cada metro cúbico de aire contiene entre 1000 y 10 000 esporas de hongo. O, dicho de otra forma, en cada inhalación, nos «tragamos» de una a 10 de estas esporas.
Afortunadamente, contamos con herramientas eficaces para contrarrestar este problema, gracias a los sistemas de filtrado y purificación del aire.
La calidad del aire, una prioridad para la salud
No hacía falta que pasásemos por la experiencia de una pandemia provocada por un virus para tener puesto el foco de atención en la importancia de garantizar una adecuada calidad del aire que respiramos.
Los expertos en Salud Pública y Prevención ya llevaban tiempo alertando sobre el incremento de contaminación por partículas tóxicas y microorganismos, no solo en los exteriores, sino también en el aire de los espacios interiores. Y, sobre todo, avisando sobre las secuelas que tiene para la salud respirar un aire de mala calidad.
Es un problema que no solo afecta a individuos con enfermedades previas, especialmente patologías respiratorias, como el asma, la aspergilosis o alergias; las personas sanas también sufren secuelas. Si hablamos de contaminantes, una de las situaciones más frecuentes es la que se produce al respirar esporas del aire.
Porque lo que contrastan en su mayoría los estudios científicos sobre la calidad del aire es que los hongos constituyen una importante proporción de las partículas que flotan en el aire, y son centenares las variedades de estos microorganismos fúngicos detectadas. Algunas de estas esporas en el aire, como el moho negro o los hongos roya, son patógenos que afectan gravemente a la salud humana.
Las consecuencias de respirar esporas del aire
Pero ¿qué son exactamente las esporas? Se trata de cuerpos microscópicos que son producidos por hongos y mohos para reproducirse. Su presencia está directamente ligada a los altos niveles de humedad del aire, cuando se supera el 50 %. En el interior de las viviendas, estas esporas del aire suelen concentrarse habitualmente en las cocinas y los baños y en cualquier estancia que presente problemas de condensación o humedad en las paredes, techo o suelo.
Generalmente, la presencia de esporas en el aire ocasiona molestias a las personas que las respiran, siendo las siguientes las más habituales:
- Dificultades al respirar, ya que las esporas se depositan en los pulmones.
- Distintas reacciones alérgicas: dolores de cabeza, picor de ojos y lagrimeo constante, congestión nasal e irritación de garganta.
- Incremento de los dolores en las personas que padecen reuma o artritis. Aunque los científicos no han sabido encontrar una explicación a este aumento de la sensación de dolor, lo que sí han contrastado es que se produce.
Pero, sin duda, quienes tienen que extremar las precauciones en ambientes con esporas en el aire son los enfermos de afecciones pulmonares, mucho más sensibles a la mala calidad del aire. De ahí que sea urgente establecer sistemas de medición de la calidad del aire en interiores y, sobre todo, instalar mecanismos de filtrado y purificación del aire.
Medidas generales para combatir la humedad del aire
Aunque no es la única causa de la aparición de esporas en el aire, lo cierto es que controlar la humedad es la primera medida que se debe abordar para combatir su presencia. Por eso, los expertos en salud han diseñado un sencillo catálogo de medidas generales que se deben aplicar en las viviendas y edificios con actividad humana en sus interiores. Estas son las principales:
- Eliminación de las fuentes de humedad (alfombras húmedas, filtraciones en baños o cocinas, humidificadores o aires acondicionados de recirculación).
- Limpieza profunda de las zonas donde se han manifestado humedades (manchas en paredes, suelos, techos, textiles, muebles o ventanas).
- Revisión de los cerramientos para detectar problemas de puentes térmicos o de exceso de condensación superficial en las ventanas.
- Instalación y correcto mantenimiento de sistemas de ventilación mecánica.
Desafortunadamente, el problema de las esporas en el aire también se produce en exteriores. Aquí lo único que se puede hacer es consultar los calendarios que publican distintas instituciones, como la Universidad de Worcester, para saber en qué días se producen las concentraciones de esporas más elevadas. Estos documentos se han elaborado recogiendo datos reales durante 5 años sobre concentraciones de esporas en el aire, en distintas zonas y épocas del año.
La eficacia de los sistemas de filtrado frente a las esporas del aire
Las medidas mencionadas en apartado anterior son eficaces pero insuficientes si realmente queremos garantizar que respiramos un aire libre de esporas. La solución más inteligente es la instalación de sistemas de filtración y purificación del aire. En este punto, es imprescindible recordar que existen múltiples diferencias entre un sistema de ventilación y un purificador de aire.
La principal diferencia es que los sistemas de ventilación suelen incluir filtros con una cierta capacidad para limpiar el aire, pero no para eliminar la presencia de todo tipo de contaminantes. Sin embargo, la única función de los purificadores de aire es esa, la de eliminar las partículas contaminantes, tanto las de naturaleza química como las de origen microbiológico, incluidas las esporas del aire.
Es cierto que no todos los purificadores de aire tienen las mismas características y, por tanto, la misma eficacia para tratar distintos problemas de calidad del aire. En el caso de las esporas en el aire, el purificador recomendado es el que contiene filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air), con capacidad para retener hasta el 99,97 % de todas las partículas ≥0,3 micrones. Las esporas del aire tienen un tamaño de entre 10-30 micrones, por lo que podemos estar seguros de que, con un purificador HEPA, conseguimos eliminarlas totalmente.
Hay que tener en cuenta que estos filtros HEPA son los que se usan en los espacios que tienen unas exigencias más estrictas respecto a la calidad del aire, como las salas blancas de hospitales y laboratorios. Ese es el mismo nivel de calidad que vamos a conseguir respirar en nuestras casas con estos purificadores, garantizando unos espacios libres de esporas en el aire.