En el contexto que nos encontramos, los materiales aislantes térmicos han cobrado una relevancia creciente, convirtiéndose en elementos clave tanto en proyectos de rehabilitación como en obra nueva. ¿Por qué?
Tabla de contenidos
Desde la entrada en vigor de la Directiva Europea 2010/31/UE sobre eficiencia energética en los edificios, se ha establecido el compromiso de que todos los edificios de titularidad pública sean edificios de consumo casi nulo (EECN). Además, la constante actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE) y otras normativas vigentes siguen poniendo un énfasis significativo en el aislamiento térmico como componente esencial para cumplir con los estándares de eficiencia energética y sostenibilidad.
Tipos de aislantes
Antes de nada, debemos definir el aislante térmico como aquel material, empleado generalmente en la construcción, cuya función es la de reducir la transmisión de calor a través de la estructura sobre la que se instala. Los principales tipos de materiales aislantes térmicos son los siguientes:
Aislantes sintéticos
Estos aislantes están compuestos por materiales sintéticos como el plástico, los polímeros procedentes del petróleo y otros materiales sintéticos. Son muy efectivos térmicamente. Entre ellos se encuentran:
- Poliestireno expandido (EPS): Es uno de los materiales aislantes más utilizados por su densidad y baja conductividad térmica.
- Poliestireno extruido (XPS): Similar al EPS, pero con la ventaja de ser menos absorbente, lo que permite su uso en aplicaciones donde pueda mojarse sin problemas.
- Poliuretano: Ofrece un mayor rendimiento térmico y se usa generalmente proyectado como espuma.
- Rollos reflexivos: Formados por varias capas de burbujas de polietileno y láminas de aluminio, son útiles en climas suaves.
Lanas minerales
Este es el material aislante más empleado, constituido por filamentos de materiales pétreos que forman un fieltro. Proporcionan aislamiento térmico y acústico, además de protección contra el fuego. Los principales tipos son:
- Lana de roca: Fabricada a partir de roca volcánica, se presenta en forma de manta, panel no rígido o rollo.
- Lana de vidrio: Hecha de fibras de vidrio, se considera un mejor aislante acústico y resiste mejor la humedad.
Aislantes ecológicos o naturales
Estos materiales aislantes térmicos son cada vez más populares debido a su respeto por el medio ambiente. Son reciclables y biodegradables. Los más comunes incluyen:
- Corcho: Es reciclable, renovable y se presenta en diversos formatos, desde virutas hasta paneles prensados.
- Lino: Procedente de una planta de fácil cultivo, sus fibras reciclables se utilizan como aislante.
- Celulosa: Hecha de residuos de papel reciclado, es aplicada por insuflado en cámaras, trasdosados o sobre forjados.
- Lana de oveja: Mejora su capacidad de aislamiento cuando se humedece.
- Arlita, perlita y vermiculita: Aislantes minerales frecuentes en la construcción tradicional y de gran capacidad ignífuga.
Paneles sándwich
Formados por dos chapas de acero y un núcleo de poliuretano o madera, estos paneles actúan como aislante y cerramiento, facilitando los trabajos de rehabilitación.
Ventajas de aislar una vivienda
Aislar térmicamente una vivienda con los adecuados materiales de aislamiento ofrece múltiples ventajas, haciendo que la climatización sea mucho más sostenible. Algunas de las principales ventajas son:
1. Ahorro energético
El uso de materiales aislantes térmicos reduce la pérdida de calor en invierno y la ganancia de calor en verano, lo que disminuye la necesidad de calefacción y aire acondicionado. Esto se traduce en un menor consumo de energía y, por ende, en una reducción de las facturas energéticas.
2. Mayor confort
Un buen aislamiento térmico mejora el confort interior, manteniendo una temperatura constante y agradable durante todo el año. Esto evita corrientes de aire frío en invierno y ambientes excesivamente cálidos en verano.
3. Sostenibilidad
Aislar adecuadamente una vivienda contribuye a la sostenibilidad ambiental, ya que se reduce la emisión de gases de efecto invernadero asociados con la calefacción y la refrigeración. Además, el uso de materiales de aislamiento ecológicos o reciclados minimiza el impacto ambiental.
4. Incremento del valor de la propiedad
Las viviendas bien aisladas suelen tener una mejor calificación energética, lo que aumenta su valor en el mercado inmobiliario. Los compradores valoran cada vez más la eficiencia energética y el confort, por lo que un buen aislamiento puede ser un punto de venta significativo.
5. Protección contra el ruido
Algunos materiales aislantes térmicos, como las lanas minerales, también ofrecen propiedades de aislamiento acústico, reduciendo la transmisión de ruidos externos y mejorando la calidad de vida dentro del hogar.
6. Prevención de humedades y moho
El aislamiento adecuado ayuda a prevenir la condensación y las humedades, lo que evita la formación de moho y mejora la calidad del aire interior. Esto es especialmente importante en zonas húmedas o mal ventiladas.
En conclusión, elegir los materiales aislantes térmicos adecuados y aplicarlos correctamente no solo mejora la eficiencia energética y el confort de una vivienda, sino que también contribuye a la sostenibilidad y a la revalorización de la propiedad.