Las llamadas smart cities o ciudades inteligentes son para muchos el futuro del desarrollo urbano, sin embargo, ¿es un matrimonio indisoluble el que se establece entre innovación tecnológica y conciencia ecológica?
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Recientemente os hemos comentado cómo son los barrios ecológicos. También hemos analizado cómo evoluciona la sostenibilidad y la conciencia medioambiental y, en definitiva, la construcción sostenible.
El objetivo de todas estas ciudades innovadoras está en establecer entornos más amigables para sus habitantes, que a la vez sean más respetuosos con la Naturaleza. Una de las vías paralelas para la consecución de estos barrios sostenibles es la aplicación de las nuevas tecnologías.
De ahí que, en el mundo anglosajón, las ciudades del futuro se definieran como Smart Cities, o ciudades inteligentes. Tecnología y sostenibilidad pueden ser grandes aliados para cumplir las metas de desarrollo, ¿pero son estas metas unos objetivos compartidos? ¿Buscan las ciudades inteligentes ser sostenibles, y viceversa?
Smart Cities: tecnología para hacer mejores ciudades
En primer lugar, tendremos que encontrar una definición concreta de Smart City. Lo cierto es que no hay una especificación global que afecte a todos los conceptos, especialmente si contamos con ciudades en puntos opuestos del globo.
En cuanto a lo que sí hay consenso es que una ciudad inteligente es aquella que utiliza tecnologías de la información y la comunicación para mejorar la vida de sus ciudadanos. La multinacional norteamericana Cisco Systems va más allá y dice que “una smart city utiliza la tecnología digital para conectar, proteger y mejorar las vidas de sus ciudadanos”.
La revista de tecnología Computer World define así: “En esencia, una smart city es la remodelación de un área o ciudad utilizando tecnologías de la información y la comunicación (TICs) para mejorar el rendimiento y calidad de los servicios urbanos como la energía, la conectividad, el transporte, los servicios públicos y otros”.
En definitiva, no está implícito en ninguna de las acepciones que exista un matiz de preservar el medio ambiente. ¿Son por lo tanto las ciudades inteligentes, también, ciudades sostenibles?
Conceptos sostenibles en las Smart Cities
Para fundamentar un argumento, la solución muchas veces es contrastarlo contra lo que lo niega. En TheNatureOfCities, el profesor y ecologista Gary Grant defendía que hoy por hoy no tenemos esas “ciudades inteligentes”, sino una miríada de propuestas y proyectos.
En sus conclusiones, asume que las ciudades inteligentes son un futuro imparable, pero que está en manos de los responsables que también cuenten con una conciencia ecológica. Grant subraya: “Es importante que las ciudades inteligentes tengan tanto que ver con la naturaleza, la salud y el bienestar como los flujos de tráfico, la detección de delitos y el suministro cada vez más eficiente de servicios públicos.”
Entre todos estos factores, se encuentran:
- La protección de la vida salvaje. Ya vimos que era un concepto esencial en los barrios sostenibles, como en el Greenwich Millennium Village de Londres, que alberga su propio “parque ecológico”.
- Coexistencia de vida salvaje y ciudadanos. Fomentar la monitorización con sensores, no solo de elementos humanos, sino también de fauna.
- Adaptación al cambio climático con casas más eficientes, que en definitiva sean a la vez menos contaminantes.
- Aprovechamiento de recursos, como puede ocurrir con agua de lluvia, jardines verticales o huertos urbanos.
Estos elementos son solo algunas de las formas por las que conseguir un triple objetivo: hacer los entornos urbanos más habitables y saludables; que el respeto por el medio ambiente sea más alto; y por último, que la introducción de la tecnología impulse estos proyectos.
Tecnología que sustituye otra anticuada y contaminante
Otro aspecto que hemos tocado últimamente es la rehabilitación de espacios para fines más sostenibles. Por ejemplo, el caso de Copenhill (Amager Bakke) en Copenhague. Reemplazó una planta de incineración y ahora es una planta combinada de energía y residuos de energía. Pero además, es un proyecto para la ciudadanía, que incluye pista de esquí, zonas verdes para actividades al aire libre y mucho más.
La revista especializada IoTWorldToday se centra en el concepto del “Internet de las Cosas” y las Smart Cities, abogando por las “ciudades conectadas”. Algunos de los ejemplos citados incluyen:
- Fomento de la innovación. Gobiernos e instituciones tienen que mejorar el ecosistema empresarial y normativo para facilitar la evolución de empresas y la inversión.
- Innovación urbana y conectividad. La ciudad de Nueva York, junto con la startup Sidewalk Labs, han llevado a cabo el proyecto LinkNYC. Consiste en kioskos que ofrecen Wi-Fi rápido y gratuito a turistas y ciudadanos.
- Tecnología para mejorar la calidad del aire. Es esencial una buena calidad del aire para una vida sana y Green City Solutions ha desarrollado CityTree para combatir la polución de las ciudades. Se trata de unos kioskos de 4 metros de altura que purifican el aire al ritmo que lo harían 275 árboles, ocupando un 99% menos espacio.
- Transporte sostenible. Iniciativas locales para la adopción del transporte alternativo y respetuoso con el medio ambiente son también una parte esencial de esta transformación. Pero la infraestructura es crucial a la hora de adoptar estas otras formas de movilidad. Por ejemplo, la ciudad de San Diego busca alcanzar la cifra de 3.500 estaciones de carga para los vehículos eléctricos de sus residentes.
Acción por el planeta y por las ciudades
Los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron en 2015 la denominada Agenda 2030, en la que se encuentran los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Todos estos objetivos y metas se entrelazan con los esfuerzos de las ciudades más importantes del mundo que quieren aunar tecnología, innovación y sostenibilidad para hacer sus calles más habitables.
De hecho, el Objetivo 11 es el de las “Ciudades y Comunidades Sostenibles”. Con el pronóstico de que más del 60% de la población mundial se concentre en ciudades para 2030, las Naciones Unidas proponen:
- Acceso a viviendas y servicios básicos a todas las personas.
- Sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles.
- Urbanización inclusiva y sostenible.
- Salvaguarda del patrimonio cultural y natural.
- Reducir el número de muertes causadas por los desastres naturales.
- Reducir el impacto ambiental negativo per cápita (prestando especial atención a la calidad del aire).
- Proporcionar acceso universal a zonas verdes para todos.
- Apoyar los vínculos económicos, sociales y ambientales positivos entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales.
- Promover la inclusión, el uso eficiente de los recursos, la mitigación del cambio climático y la resiliencia ante los desastres.
Smart Cities: mirando al futuro
Por lo tanto, después de la pregunta que nos hacíamos al principio sobre si las ciudades inteligentes son implícitamente sostenibles, la respuesta está en que así deberían serlo. No solo porque muchas startups ofrecen soluciones nuevas a problemas viejos, sino porque instituciones relevantes así lo promueven.
Hemos visto la propuesta de las ciudades del futuro de las Naciones Unidas, para la que, por ejemplo, España tiene un apartado especial en la página web de su Gobierno. En el caso de Europa, la Comisión Europea promueve los proyectos ecológicos (incluso con aportaciones económicas sustanciales) para la creación de ciudades verdes, en el concurso para conseguir el Premio Capital Verde Europea. En 2012, la española Vitoria-Gasteiz tuvo el privilegio de ser la elegida.
En definitiva, todos los sectores y estamentos han de implicarse en el desarrollo de las ciudades hacia un futuro mejor. Y no es la creación desde cero de nuevas urbes, sino la transformación de las que ya queremos y conocemos. La firma de consultoría PwC, en su informe “Creating the smart cities of the future” apunta lo siguiente:
“El progreso continuado depende, fundamentalmente, de la relación correcta entre los dos grupos principales de actores que están involucrados directamente en la construcción de soluciones para satisfacer las crecientes necesidades y expectativas de los ciudadanos: las autoridades gubernamentales y sus socios del sector privado que ayudan a convertir en realidad esa visión de los servicios ciudadanos conectados, eficientes y disponibles a todas horas.”