La ventilación se ha convertido en un elemento esencial de cualquier edificio y estancia profesional, máxime con la pandemia de la Covid-19. Pero adquiere un protagonismo singular cuando hablamos de naves industriales, ya que es en estos ambientes fabriles donde se suelen producir más productos contaminantes que pueden ser perjudiciales para los trabajadores.
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Sin embargo, en no pocos casos, estas construcciones tienen importantes deficiencias en cuanto a su sistema de ventilación, bien porque no han pasado las revisiones oportunas o bien porque su diseño se ha hecho mal desde el principio. Por eso, un correcto diseño del sistema de ventilación en naves industriales es fundamental para evitar problemas con el aire que respiran los trabajadores en su día a día.
Ventilación en naves industriales: ¿qué dice la normativa?
La ventilación en naves industriales está regulada en el Anexo III del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, que tiene en cuenta el número de veces que tiene que ser renovado el aire cada hora.
En concreto, la normativa establece unos límites de ventilación de 30 metros cúbicos por hora y trabajador en condiciones normales, y de 50 metros cúbicos por hora y trabajador en caso de que exista riesgo por humos.
No obstante, esto son valores que tienen un carácter general, pero la mayoría de expertos coincide en que son insuficientes, y que, en todo caso, depende del tamaño y el volumen de la nave industrial, del tipo de actividad desarrollada y del número de personas que trabajen en ella. Por eso, más allá de la normativa, los expertos recomiendan que se realicen entre 4 y 10 renovaciones del aire por hora, especialmente en naves muy pequeñas.
El diseño del sistema de ventilación en naves industriales
La ventilación en naves industriales es fundamental para fomentar unas buenas condiciones de ambiente laboral, que son necesarias para mejorar la productividad, salud y eficiencia de los trabajadores. En este sentido, existen una serie de elementos fundamentales que, con carácter general, se debe instalar en una nave industrial para garantizar su correcta ventilación.
Extracción de humos y otras sustancias contaminantes
En el diseño de sistemas de ventilación en naves industriales es habitual la instalación de uno o varios extractores de humo de tipo helicoidal, muchos de los cuales son de tipo mural instalados en paredes o directamente en la cubierta.
Este tipo de extractores, aunque son más ruidosos que los convencionales, tienen menos pérdidas de carga, que es lo que realmente interesa a la hora de realizar una correcta ventilación. Por eso, su instalación suele recomendarse sin conductos, con una aspiración y descarga libres.
Pero es que, además, este extractor es especialmente necesario en aquellas fábricas o naves industriales que emitan sustancias o humos contaminantes, como los talleres de soldadura, y que tengan una estructura diáfana, así como en estancias donde se produzcan picos de contaminación, aunque se instalen únicamente para esa zona concreta.
En cambio, si la nave tiene diferentes estancias, es más recomendable realizar la extracción a través de conductos con un extractor centrífugo.
En general, dependiendo del tamaño y características de la nave y del tipo de actividad que se desarrolle en ella, será necesario un tipo de extractor u otro para sacar el aire viciado al exterior.
Calidad térmica del ambiente
El confort térmico se produce cuando las condiciones de humedad, temperatura y movimiento de aire dentro de un determinado espacio son agradables y adecuadas a la actividad que se realiza en su interior. Para conseguir esta calidad térmica del ambiente, el sistema de ventilación debe estar diseñado de forma adecuada.
Por un lado, el movimiento del aire debe ser el adecuado y correctamente distribuido a lo largo de toda la estancia. En concreto, se recomienda que las corrientes de aire en interiores sean de 0,1 a 0,2 m/s, evitando que sean excesivamente frías, lo que podría dar una sensación de malestar.
En general, se recomienda que el gradiente térmico vertical no supere los 3º Kelvin. Es decir, los trabajadores no deberían tener la cabeza caliente y muy fríos los pies, sino al revés. Y para eso, es importante confiar en soluciones de renovación del aire, como son los sistemas de ventilación mecánicos.