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La importancia de los filtros de los sistemas de ventilación para eliminar los contaminantes primarios del aire

Publicado por S&P          julio 19, 2017          Lectura: 3 min.

Es habitual que en la atmósfera se encuentren sustancias en distintas concentraciones que puedan causar molestias y/o riesgos para la salud de las personas. Es lo que se denomina contaminación atmosférica.

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La naturaleza de estos contaminantes primarios del aire puede ser variada, y proceder de fuentes móviles, naturales o estacionarias. En la mayor parte de los casos, su procedencia son procesos industriales que implican combustión. Tanto en industrias como en automóviles así como calefacciones residenciales generan dióxido y monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, entre otros.

Los sistemas de ventilación mecánica incorporan filtros que permiten eliminar dichos contaminantes del aire y así contribuir a la salubridad del aire existente en el interior de los edificios. Cada tipo de filtro tiene una determinada eficiencia en la retención de un determinado tamaño de partícula. Por ello, es imprescindible identificar qué tipo de contaminante puede contener el aire que será distribuido a través de la sistema de ventilación.

Estándares de calidad para el aire exterior

La normativa fija unos estándares de calidad para el aire exterior, mediante los cuales se pretende proteger a la población en general de los efectos adversos sobre la salud que puede provocar la exposición a los contaminantes.

La Environmental Protection Agency (EPA) de EE.UU. tiene establecidos unos valores ampliamente reconocidos a nivel internacional. Se toman como referencia para definir la calidad del aire exterior y también se utiliza para la ventilación del interior del edificio.

Según la EPA se establecen dos tipos de estándares:

  • Los estándares primarios: fijan límites destinados a proteger la salud pública, incluyendo a la población más sensible tal como asmáticos, niños y ancianos.
  • Los estándares secundarios: fijan límites para proteger el bienestar de la población y también incluyen protección frente a una disminución de la visibilidad, daños a los animales, cosechas, vegetación y edificios.

En España esta cuestión está recogida en la normativa de los Reales Decretos 1494/95 y 1073/2002, (éste último derogado parcialmente por el RD102/2011) en los que se establecen unos límites para la protección de la salud. Respecto de los contaminantes primarios, los márgenes de tolerancia aplicables son los siguientes:

Contaminantes primarios ventilación de aire S&P

La Organización Mundial de la Salud advierte de que la exposición a altos niveles de contaminación del aire constituye un riesgo significativo para la salud.

Efectos en la salud de los contaminantes primarios

  • Monóxido de carbono. A niveles bajos/medios, puede causar dolor de cabeza, mareo y cansancio. A mayores niveles de exposición los efectos secundarios más comunes son pérdida de memoria y confusión mental. En un caso de exposición extrema, suele producirse el fallecimiento de la persona que respira el contaminante.
  • Óxido de nitrógeno. Este contaminante afecta al aparato respiratorio, crea irritaciones en la piel y en las mucosas de diferentes órganos. Además, aumenta la predisposición a enfermedades respiratorias y se ha demostrado que está relacionado con la aparición de cáncer de pulmón.
  • Dióxido de azufre. Puede que el efecto más conocido del dióxido de azufre sea el relacionado con el medio ambiente, la lluvia ácida. Pero en la salud humana también tiene unos efectos perjudiciales: es causante de queratitis, inflamación de las vías respiratorias y paro cardiaco.
  • Benceno. Una simple exposición de entre 5 a 10 minutos de este contaminante primario puede provocar la muerte en un ser humano. En una menor exposición, se producirían síntomas de irritación del estómago, taquicardia, temblores y dolor de cabeza.

Para evitar los efectos nocivos de la polución atmosférica en nuestra salud es necesario disponer de un sistema de ventilación mecánica equipado con los filtros apropiados para reducir los niveles de concentración existentes en el aire exterior, mejorando la salubridad ofrecida por el edificio.

Filtros como los de carbón activo, electroestáticos y lámparas de polarización activa permiten retener algunas partículas gaseosas y la materia particulada PM. Con su instalación, se disminuyen directamente los niveles de contaminación del aire que entra a través de los puntos de captación de aire del sistema de ventilación. Esto repercute directamente en beneficio de la salud de los ocupantes del edificio.