En los últimos tiempos, la expresión «respirar mal ambiente en el trabajo» ha cobrado un sentido mucho más relevante. Antes de la experiencia pandémica, el aumento de la incidencia de las enfermedades respiratorias, alérgicas, cutáneas o visuales por una mala calidad del aire en los centros laborales ya había puesto el foco en la necesidad de asegurar una correcta ventilación en el trabajo.
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En esta ocasión, nos detenemos a analizar las consecuencias directas que tiene una mala ventilación en la productividad, especialmente cuando no se garantizan las condiciones óptimas de temperatura en el trabajo.
Cómo afecta la ventilación en el trabajo
Indudablemente, la ventilación en el trabajo incide en la salud de los empleados, sobre todo si tenemos en cuenta que este es uno de los espacios cerrados en los que las personas pasamos más tiempo a lo largo de la vida. Para la empresa, la mala salubridad del aire repercute en la productividad al aumentar las bajas laborales. Pero esta no es la única forma que tiene de reflejarse en el rendimiento laboral.
Y es que, aunque los trabajadores completen cada día su jornada, la productividad disminuye si hay una mala ventilación en el trabajo. Así lo han demostrado numerosos estudios e investigaciones realizados por las más prestigiosas universidades.
Una de ellas fue publicada en el Harvard Business Review, a cargo del profesor Joseph Allen. Las conclusiones de esta investigación están basadas en las reacciones observadas tras someter a los trabajadores a cambios que incidían notablemente en la calidad del aire. En concreto, se modificó la proporción de COV y CO2 en el aire para detectar los cambios cognitivos y, por tanto, de productividad que se ocasionaban. Tres funciones fueron las más afectadas cuando se cambiaba la calidad del aire:
- La toma de decisiones.
- La creación de estrategias.
- La planificación.
Efectos de la temperatura en el trabajo
Si anteriormente nos referimos al estudio de Allen, ahora es el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) el que nos sirve de referencia para hablar de la influencia específica de la temperatura en el trabajo y sus efectos sobre la productividad. El entorno térmico óptimo en una oficina debe estar entre los 17 y los 27 grados, bajando a los entre 14 y 24 grados si se trata de un centro en el que se realiza un trabajo ligero.
En el caso de la temperatura en el trabajo, la forma en la que esta afecta a la productividad se puede resumir en los siguientes aspectos clave:
- Pérdida de concentración como consecuencia de los dolores de cabeza o la posible bajada de la presión arterial.
- Reducción de los ritmos de trabajo a causa de la mayor sensación de cansancio que ocasiona el calor.
- Dificultad para coordinar el trabajo en equipo, ya que el estado anímico se altera con el calor y cuesta más establecer un ambiente de colaboración y participación entre los trabajadores.
La correcta ventilación en el trabajo y su influencia en la productividad
Sin duda, para evitar el estrés térmico laboral, lo mejor es instalar un sistema de ventilación que se adecúe a las condiciones de trabajo y que pueda garantizar la correcta climatización. Porque, cabe recordar llegados a este punto, la ventilación en el trabajo no solo sirve para renovar el aire, sino también para regular la humedad y filtrar los agentes contaminantes presentes. Es decir, ataja en origen los principales detonantes que influyen en una bajada de la productividad.
En este sentido, es interesante plantear el diseño de la ventilación en el trabajo con una estrategia que debe contemplar tres posibles etapas de actuación:
- Asegurar la renovación del aire y una temperatura de confort.
- Buscar la máxima eficiencia energética, para lo que en algunos casos puede resultar muy útil un sistema de refrigeración pasiva, es decir, enfriar el ambiente con agua por encima del punto de rocío.
- Usar la refrigeración a baja temperatura como último recurso, ya que produce condensaciones en los emisores de frío que merman el rendimiento del sistema de ventilación.
Implantar una adecuada ventilación en el trabajo no solo es una cuestión de responsabilidad para con los trabajadores, sino que es una inversión en los beneficios de la propia empresa.