Importancia de los intercambiadores de calor en el nuevo contexto
Como posiblemente sabrás, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios, RITE, en su ámbito de aplicación en edificios terciarios, exige la utilización de intercambiadores de calor para aquellas instalaciones en las que el caudal total de extracción supere los 0,5 m3/s. Es por ello que en este post queremos centrarnos a explicarte la función de este dispositivo así como los tipos de intercambiadores o recuperadores de calor que existen.
¿Para qué sirve un intercambiador de calor?
Un sistema de ventilación básico consiste en la eliminación de los contaminantes de un edificio extrayendo el aire de los espacios contaminados o cargados de humedad y expulsándolo al exterior. De esta manera se produce un gasto energético debido a la energía contenida en este aire extraído.
Para minimizar estas pérdidas, los sistemas de ventilación pueden disponer de un intercambiador de calor que permita recuperar gran parte de esta energía, transfiriendo el calor del fluido caliente al frío.
De esta manera en invierno el aire de entrada se introducirá a una temperatura superior y en verano, si hay un sistema de climatización en el edificio en cuestión, este aire podrá ser refrescado.
Además, estos sistemas de ventilación disponen de filtros que permiten mejorar la calidad del aire introducido. Hay que tener en cuenta que en función del área de actividad, la normativa impone una calidad del aire introducido determinado.
¿Sabías que los intercambiadores de calor procuran ahorros de hasta el 92%? De modo que aumentan considerablemente la eficiencia energética del edificio.
Tipos de intercambiadores de calor
Los distintos tipos de intercambiadores existentes en el mercado pueden agruparse en tres grupos:
- Intercambiadores de flujo cruzado: Los flujos de aire de entrada y salida se cruzan en el interior del intercambiador en sentido perpendicular uno del otro. Con este tipo de recuperadores se suele conseguir una eficiencia de hasta el 75%.
- Intercambiadores de contraflujo (o flujo paralelo): El principio de intercambio, es el mismo, pero en este caso los flujos de entrada y salida del aire circulan paralelos y a contracorriente en el interior del intercambiador con lo cual el tiempo y la superficie de cesión de calor es mayor y por tanto se incrementa la capacidad de recuperación. Con este tipo de recuperadores se suele conseguir una eficiencia hasta del 95%.
- Intercambiadores rotativos: El intercambio de calor entre ambos flujos se produce gracias al movimiento rotativo del propio intercambiador. Las celdillas metálicas del intercambiador son calentadas por el flujo caliente que pasa a través de ellas. Posteriormente, y debido a la rotación del intercambiador, estas mismas celdillas ceden el calor tomado, al flujo de aire frío. Con este tipo de intercambiador se consiguen eficiencias de hasta el 85%.
Hay que tener en cuenta que la eficiencia de un recuperador, además del tipo de intercambiador de calor usado, depende de las condiciones de temperatura y humedad del aire exterior y del aire del local, así como del caudal que circula por él. Junto a las tablas de cálculo de eficiencia de un recuperador, se deben indicar estos parámetros, ya que la eficiencia para un mismo recuperador varía:
- El rendimiento del recuperador varía en función del caudal circulado (a más caudal menos eficiencia). Es por lo tanto importante seleccionar el recuperador de calor adecuado en función del caudal necesario.
- A más diferencia de temperatura entre el aire exterior y el aire interior, es decir a mayor salto térmico, más ahorro energético.
En muchas instalaciones, y con el objeto de mejorar aún más la eficiencia energética de los equipos, se están combinando los intercambiadores de calor con sistemas basados en energías renovables. La adición a instalaciones geotérmicas con bombas de calor o el aprovechamiento de las temperaturas del terreno a través de pozos canadienses incrementan los ahorros y mejoran la eficiencia global del conjunto.
José L. Esteban, se te olvida algo también fundamental de los recuperadores de calor. En invierno, con un diseño pasivo de la construcción, la captación de energía del sol es posible y real a través de huecos acristalados. El problema es la distribución y termoregulación de la vivienda para que la temperatura sea homogénea y «gratuita» aprovechando lo que el sol nos da. Para eso también están ahí los recuperadores de calor, como elementos distribuidores y estabilizadores de energía gratuita del sol en el interior de una vivienda.
muy interesante, ciertamente el incluir estos sistemas de recuperación a elementos como la geotermia, harían una vivienda con climatización de consumo casi nulo.