El Blog de la ventilación eficiente

Suscribir al blog

¿Qué es la estanqueidad de los edificios?

Publicado por S&P          marzo 15, 2021          Lectura: 5 min.

Muchos son los requerimientos de un edificio para su habitabilidad, uso seguro y confortabilidad. Entre ellos se encuentra la estanqueidad de los edificios y de las propias viviendas, que es un apartado en el que también juegan un papel esencial los sistemas de ventilación apropiados.

Lectura: 5 min.

El aislamiento frente al exterior de una vivienda es esencial para una buena calidad de vida, así como de otros factores también importantes. Por ejemplo, el de conseguir un mayor confort, reducir el gasto en calefacción o aire acondicionado, o minimizar riesgos, tanto para la salud de los que habitan ese espacio, como de la integridad de la propia vivienda.

La normativa española y europea dirige la construcción hacia un futuro en el que los edificios serán más eficientes y sostenibles. Fabricantes, arquitectos y constructores se esmeran en ofrecer las mejores soluciones para adaptarse a estos estándares.

En este contexto, hoy queremos explicar qué es exactamente la estanqueidad en los edificios y qué valores entran en juego a la hora de conseguir los valores óptimos. Además, como punto final, cómo un sistema de ventilación entra en juego en cuanto a esa deseada estanqueidad.

¿En qué consiste la estanqueidad de los edificios?

Podemos definir la estanqueidad de los edificios como la protección que un inmueble puede ofrecer al paso del agua y el aire. De la misma forma, es la resistencia que despliega frente a estos agentes externos que van a influir en la vida útil del propio edificio.

Asimismo, la estanqueidad de los edificios engloba dos factores:

  • Hermeticidad: calidad de las aberturas y cerramientos de un inmueble para que sea hermético frente al exterior, es decir, perfectamente estanco y cerrado al aire del exterior.
  • Permeabilidad: el término, en contexto general, refiere a la capacidad de un material de permitir que un fluido lo atraviese. En edificios, no obstante, nos estaremos refiriendo a la capacidad frente al aire y, también, se utiliza para calcular infiltraciones. 

Una apropiada estanqueidad en un edificio permitirá una mayor durabilidad del mismo (debido a la conservación de los materiales); una mejor habitabilidad y una adecuada seguridad del edificio (por ejemplo, en aparcamientos y garajes). 

Obviamente, para todos los factores señalados se pueden poner medidas con las que mejorar la estanqueidad y alargar en el tiempo el mantenimiento del edificio. 

Riesgos de una mala estanqueidad de los edificios

Antes de continuar, es necesario definir otro concepto. Este es el de la envolvente térmica, que es la parte del edificio que se encuentra en contacto con el exterior. Consta de varias capas y cada una de ellas tendrá unas propiedades térmicas y de protección, que evitarán pérdidas de energía y filtrados.

Además, entre el edificio y el exterior se establece una relación por la se intercambia energía en un proceso termodinámico. En este intercambio influyen dos elementos diferenciados dentro del edificio que son los cerramientos y huecos. La transmisión de calor/frío entre el interior y el exterior se llevará a cabo por estos elementos en diferencias de temperatura, diferencias de presiones (de vapor y aire), y también jugará un importante papel el clima del entorno en el que se ubica el inmueble (humedad).

Los riesgos a los que se expone un edificio con una mala estanqueidad son:

  • Exceso de humedad.
  • Alto consumo en calefacción y aire acondicionado.
  • Renovación de aire no controlada.
  • Filtrados que generen deterioros en materiales constructivos y dentro de las propias viviendas, oficinas o locales.
  • Mala confortabilidad de los espacios interiores.
  • Riesgo de condensaciones.

En este último caso, el del riesgo de condensaciones, se trata de problemas derivados de espacios no correctamente ventilados en los que existe una diferencia importante de temperatura entre el interior y el exterior, y también que la producción de humedad interior sea superior al caudal de renovación del aire. En definitiva, una vez más vemos un caso en el que la estanqueidad de los edificios y los sistemas de ventilación están ligados.

Estanqueidad al aire 

Tal y como hemos comentado, las filtraciones de aire se pueden realizar por huecos y cerramientos. El proceso empieza por un buen diseño del edificio y los espacios interiores, y continúa con un mantenimiento adecuado para evitar que posibles filtraciones de aire deriven en patologías más complejas.

Además, estanqueidad y sistema de ventilación van de la mano, pues un edificio muy estanco sin un sistema de ventilación podría redundar en problemas de mala calidad del aire y exceso de humedad.

Para calcular cómo de hermético es un edificio, se utiliza un método conocido como test o ensayo de blower door. Consiste en la presurización y depresión del espacio, utilizando un ventilador en una puerta o ventana exterior y provocando una diferencia de presión de 50 Pa

El test de blower door se ha popularizado en los últimos años y se debe a que es el estándar de medición en las llamadas casas pasivas.

El Código Técnico de Edificación (CTE) y el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios) determinan cuál será el caudal y el sistema de ventilación adecuado para cada situación. También se conoce esta medición como el indicador n50 y mide la cantidad de veces que se renueva el aire dentro de un determinado edificio. 

Estanqueidad al agua

De nuevo, como ya hemos mencionado, las principales exposiciones de la estanqueidad al agua son las posibles filtraciones (lluvia, fugas…) y el riesgo de condensaciones. En este caso hablaremos de las llamadas “habitaciones húmedas” como cocinas, cuartos de baño, etcétera. Esos espacios que son más susceptibles de acumular condensación, humedad y demás, que tendrán que ser especialmente ventilados.

Asimismo, otro factor interviene a través de la permeabilidad del terreno y la presencia de agua. En definitiva, se trata de una doble estrategia de protección que deberá establecerse frente a la acción interior y las circunstancias exteriores. En ella intervienen medidas constructivas como aislamientos térmicos relacionadas con el aislamiento térmico, la impermeabilización y los acabados de las superficies.

Importancia de sistemas de ventilación sobre la estanqueidad

A lo largo del artículo hemos explicado ocasiones en las que ventilación y estanqueidad están ligadas: para evitar condensación mediante una correcta renovación del aire, y también gozar de una buena calidad del aire, con un buen sistema sin filtraciones, pues un edificio estanco debe estar ventilado.

No solo se trata de proteger el edificio del deterioro ante los elementos, sino de conseguir espacios saludables y confortables para sus ocupantes. Además, podemos ganar eficiencia y una reducción el gasto energético, si en esos sistemas de ventilación incluimos elementos como los recuperadores de calor o sistemas directamente más eficientes. Con ellos podremos evitar la pérdida de calor, reduciendo el consumo y manteniendo temperaturas más agradables. 

Por lo tanto, para la ejecución perfecta de un edificio energéticamente sostenible, eficiente y que cumpla todos los estándares de habitabilidad con creces, la planificación juega el papel más importante. El diseño adecuado de la estructura y los sistemas, así como la elección de los materiales y la ejecución en obra, serán de importancia capital para conseguir el resultado deseado.

Asesoramiento técnico en ventilación