La eficiencia energética en viviendas y edificios no solo implica un ahorro significativo en costes de energía, sino que también contribuye de manera crucial a la reducción del impacto ambiental global.
Desde junio de 2013, la normativa europea exige el certificado energético para todas las viviendas, oficinas o locales que se vendan o alquilen, marcando un paso importante hacia la promoción de construcciones sostenibles.

Tabla de contenidos
Esta calificación energética de viviendas no hay que confundirla con los Certificados de Ahorro Energético (CAE), estos últimos no son obligatorios pero ofrecen un valor económico a través de acreditar la cantidad de energía ahorrada a través de la implementación de medidas de eficiencia energética.
¿Qué es el certificado de eficiencia energética?
El certificado de eficiencia energética es un documento oficial y obligatorio que proporciona una medida cuantitativa de la eficiencia energética de un inmueble. Esta certificación es indispensable en la transacción de propiedades, ya sea por venta o alquiler, y es una herramienta esencial para fomentar la eficiencia energética en el sector inmobiliario. Desde junio de 2013, con la implementación del Real Decreto 235/2013, se ha hecho obligatorio para los propietarios obtener y registrar este certificado antes de vender o alquilar sus propiedades.
La calificación energética de una vivienda se determina evaluando el consumo anual de energía necesario para mantener las condiciones normales de operación y ocupación. Esta evaluación toma en cuenta factores como la calefacción, refrigeración, iluminación y producción de agua caliente sanitaria del edificio. La calificación se asigna en una escala de la A, que indica la máxima eficiencia energética, a la G, que señala la mínima eficiencia.
El proceso de certificación debe ser llevado a cabo por un técnico competente, quien evalúa el edificio utilizando metodologías estandarizadas y considera tanto la envolvente térmica del edificio como sus sistemas energéticos.
El resultado de esta evaluación se presenta en el certificado de eficiencia energética, que incluye no solo la calificación energética del edificio sino también recomendaciones prácticas para mejorar su eficiencia.
Proceso de evaluación para la certificación
Como decimos, el proceso de evaluación para obtener el certificado de eficiencia energética de un edificio es meticuloso y requiere la intervención de un técnico cualificado. Este técnico, generalmente un arquitecto, ingeniero o técnico especializado en edificación, lleva a cabo una evaluación detallada de las características energéticas del inmueble. La evaluación comienza con el análisis de la envolvente térmica del edificio, que incluye muros, ventanas, techos y suelos, evaluando su capacidad para mantener el calor en invierno y la frescura en verano.
El técnico también examina los sistemas de calefacción, refrigeración, producción de agua caliente sanitaria e iluminación para determinar su eficiencia energética. Este análisis se realiza bajo condiciones estándar de operación para asegurar que el consumo de energía medido refleje un uso típico del edificio durante un año. Los resultados se comparan con una base de datos de edificios similares para establecer la calificación energética en una escala de la A (muy eficiente) a la G (poco eficiente).
Además del análisis técnico, el proceso incluye la recolección de datos sobre el comportamiento energético del edificio mediante facturas de servicios, inspecciones in situ y, en algunos casos, el uso de equipos especializados para medir el consumo de energía real. Esto permite al técnico ofrecer recomendaciones específicas y basadas en evidencias para mejorar la eficiencia energética del inmueble.
Etiqueta de certificado energético
Al final del proceso, el técnico elabora el certificado que incluye la etiqueta del certificado energético del edificio y un informe con recomendaciones de mejora. Este documento es esencial para los propietarios que desean vender o alquilar su propiedad, ya que informa a los potenciales compradores o arrendatarios sobre la eficiencia energética del inmueble.
Indicadores de eficiencia energética
La calificación energética de una vivienda se expresa a través de varios indicadores que permiten explicar las razones de un buen o mal comportamiento energético de un edificio y proporcionan información útil sobre los aspectos a tener en cuenta a la hora de proponer recomendaciones que mejoren dicho comportamiento.
Estos indicadores, calculados en base anual y referidos a la unidad de superficie útil del inmueble, se obtendrán de la energía consumida por el edificio para satisfacer, en unas condiciones climáticas determinadas, las necesidades asociadas a unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación.
Los indicadores incluyen la energía consumida en: calefacción, refrigeración, ventilación, producción de agua caliente sanitaria e iluminación, a fin de mantener las condiciones de confort térmico y lumínico así como la calidad del aire interior.
Los indicadores principales o globales de eficiencia energética son:
- Las emisiones anuales de CO2 expresadas en kg por m2 de superficie útil del edificio.
- El consumo anual de energía primaria no renovable expresada en kWh por m2 de superficie útil del edificio.
Estos indicadores principales también tienen en cuenta la reducción de emisiones o consumo de energía primaria no renovable derivada del uso de fuentes de energía renovables.
Indicadores de eficiencia energética complementarios
Los indicadores complementarios de eficiencia energética, también en base anual y referidos a la unidad de superficie útil del edificio, son:
- El consumo anual de energía primaria no renovable para los servicios principales del edificio.
- Las emisiones anuales de CO2 para los servicios principales del edificio.
- Energía demandada por el edificio para cada uno de sus servicios principales.
Los indicadores complementarios permiten explicar las razones de un buen o mal comportamiento del edificio y proporcionan, por tanto, información útil sobre los aspectos a tener en cuenta a la hora de proponer medidas que mejoren dicho comportamiento.
Para edificios de nueva construcción los indicadores energéticos se obtendrán a partir de una metodología de cálculo que, con carácter general, integre los siguientes elementos:
- La disposición y orientación del edificio.
- Las características térmicas de la envuelta.
- Las características de las instalaciones de calefacción, agua caliente, refrigeración, ventilación e iluminación artificial.
Y, además, los sistemas solares pasivos, la protección solar, la ventilación y otros aspectos relacionados con el uso de energías renovables en los que la normativa pone especial énfasis.
Mejoras y recomendaciones para la calificación energética
Una vez realizado el análisis energético y obtenida la calificación inicial del edificio, el certificado de eficiencia energética incluye una serie de recomendaciones destinadas a mejorar la eficiencia energética del inmueble. Estas recomendaciones son propuestas específicas que se basan en los resultados de la evaluación y están diseñadas para elevar la calificación energética del edificio, optimizando su consumo y reduciendo las emisiones de CO2.
Las mejoras sugeridas suelen centrarse en varios aspectos clave del edificio. Primero, se aborda la envolvente térmica, incluyendo propuestas para mejorar el aislamiento en muros, techos y suelos, así como la sustitución o mejora de carpinterías y acristalamientos para reducir las pérdidas de calor. Estas intervenciones pueden reducir significativamente la demanda de energía para calefacción y refrigeración.
Además, se recomienda la actualización de sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria, pasando a soluciones más eficientes como las calderas de condensación, bombas de calor o incluso sistemas que utilizan energías renovables como la solar térmica o la biomasa. También se sugiere la implementación de sistemas de ventilación mecánica con recuperación de calor, que pueden mejorar significativamente la calidad del aire interior mientras reducen la necesidad de calefacción adicional.
Finalmente, se considera la instalación de sistemas de gestión y control energético, que permiten un mejor monitoreo y ajuste del consumo energético, asegurando que el edificio funcione de manera óptima en todo momento.
Estas medidas, aunque no obligatorias, ofrecen beneficios tanto económicos como ambientales, facilitando un retorno de la inversión a través del ahorro energético a largo plazo.
Ayudas europeas Next Generation
Para facilitar la transición hacia la eficiencia energética, la Unión Europea ofrece las Ayudas Europeas Next Generation, que subvencionan parte del costo de sistemas de ventilación mecánica controlada entre otras tecnologías sostenibles.
Estas ayudas representan una excelente oportunidad para profesionales y empresas del sector para mejorar la sostenibilidad de sus proyectos, asegurando cumplir con la normativa actual y mejorar la calificación energética de los edificios. Para ello es esencial conocer los requisitos, plazos y condiciones. Puedes conocer todos los detalles en nuestra página sobre las ayudas Next Generation EU.
Para más información sobre cómo mejorar la eficiencia energética y explorar soluciones de ventilación eficiente que cumplen con la normativa europea, no dude en contactar con nuestro equipo de S&P.