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Disconfort térmico en invierno, cómo mantener la temperatura de forma sostenible

Publicado por S&P          enero 10, 2022          Lectura: 3 min.

Aunque nuestro país goza de una excelente ubicación y condiciones climáticas, la llegada del invierno implica una bajada de temperaturas considerable que nos lleva a intensificar la vida en los espacios interiores. Si le añadimos el problema de la carestía energética y las nuevas políticas de protección medioambiental, es normal que surjan dudas sobre cómo se puede combatir el disconfort térmico en invierno desde una perspectiva sostenible. La clave, como analizaremos, pasa por la instalación de sistemas de ventilación innovadores y muy eficaces.

Lectura: 3 min.

El concepto de «disconfort térmico» en invierno

La expresión «disconfort térmico» como tal no ha sido aún aceptada por la RAE; sin embargo, su uso se ha generalizado e, incluso, el Gobierno la ha incorporado como una de las prioridades de sus políticas de mejora de las condiciones laborales. Y es que, aunque el disconfort térmico en invierno puede experimentarse en los hogares, especialmente en los sectores de población más vulnerables que sufren pobreza energética, es en los centros de trabajo donde se han observado claramente las repercusiones que tiene para la salud de las personas.

De hecho, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo ya elaboró una Guía Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la utilización de lugares de trabajo, siguiendo las pautas marcadas por el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril

Se trata de tomar medidas para evitar que los trabajadores se vean expuestos a unos ambientes laborales con bajas temperaturas y otros condicionantes que afecten a su bienestar físico y mental. Entre las consecuencias más serias que acarrea el disconfort térmico en invierno, destacan:

  • Una mayor tendencia a la dispersión y falta de concentración que puede derivar en un aumento de los accidentes laborales, como caídas, tropiezos y distintas lesiones musculoesqueléticas.
  • Disminución de la destreza manual y la sensibilidad táctil, especialmente grave en trabajadores que emplean maquinaria peligrosa como parte de sus tareas.
  • Malestar general que se manifiesta, sobre todo, en sentir frío en los pies, dolores de cabeza, sequedad en las mucosas e irritación en los ojos acaba provocando la aparición de escalofríos o temblores.
  • Problemas de salud que afectan directamente al sistema cardiovascular y respiratorio, además de al metabolismo.

 

¿Cómo se determina el disconfort térmico en invierno?

Combatir el disconfort térmico en invierno en los centros de trabajo es mucho más complejo que limitarse a subir la temperatura de los termostatos. Implica llevar a cabo una estrategia integral de climatización que aborde los cuatro factores que confluyen para que exista esa sensación de malestar debida a unas malas condiciones ambientales, lo que se conoce como condiciones termohigrométricas. De forma general, los parámetros que garantizan un confort térmico en invierno en los espacios de trabajo son:

  • Temperatura: no debe bajar de los 17°C en lugares donde se realicen trabajos sedentarios o los 14°C en aquellos con esfuerzos físicos ligeros.
  • Humedad: debe mantenerse entre el 30-70 %.
  • Velocidad del aire: los trabajadores no deben estar expuestos a corrientes de aire de forma continua que superen los 0,25 m/s en ambientes no calurosos.
  • Renovación del aire: el caudal mínimo para empleos sedentarios en espacios no contaminados es de 30 m3/h por trabajador y de 50m3/h para el resto de casos.

Es cierto que el confort térmico es, en parte, una sensación subjetiva, siempre habrá personas que lo perciban de forma distinta a la mayoría, pero en lo que se refiere a los centros de trabajo, se han establecido unos criterios y una metodología que permite medir esas condiciones de forma objetiva. Se trata de lo establecido en la UNE EN ISO 7730:2006 sobre «Determinación  analítica  e  interpretación  del  bienestar  térmico  mediante el cálculo de los índices PMV y PPD y los criterios de bienestar térmico local».

 

Eficiencia energética y confort térmico

En el contexto actual de políticas de fomento de la eficiencia energética, este asunto del disconfort térmico en invierno no puede analizarse solo desde la vertiente de la salud. Las medidas adoptadas deben aunar sostenibilidad y eficacia para mejorar la calidad del aire en los espacios de trabajo.

La solución que ha demostrado mayor efectividad respetando estos dos factores es la instalación de sistemas de ventilación mecánicos de doble flujo con recuperador de calor ya que solventan todos los problemas relacionados con una incorrecta climatización, a la vez que implican un considerable ahorro en los consumos energéticos.

Crear ambientes de trabajo no afectados por el disconfort térmico en invierno es una inversión para las propias empresas. Además de preocuparse por la salud de sus trabajadores, con la instalación de estos innovadores sistemas de ventilación mecánica aumentará su nivel de productividad y se reducirán los accidentes o bajas laborales. También se notará una considerable rebaja en los gastos energéticos de la empresa, a la vez que se suman a las políticas de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, lo que añade un plus de valor a la marca muy valorado por el consumidor.

La importancia de una buena ventilación