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Sistemas de ventilación: tipos y principales características

Publicado por S&P          agosto 20, 2018          Lectura: 3 min.

Los sistemas de ventilación son una pieza clave en el diseño de edificios y espacios cerrados. Este sistema, compuesto por diversos elementos y técnicas, garantiza el reemplazo continuo de aire contaminado por aire fresco del exterior.

Es fundamental comprender los diferentes tipos de sistemas de ventilación disponibles, ya que cada uno se adapta de manera única a las necesidades específicas de diversos entornos.

Lectura: 3 min.

Actualizado el 26 de julio de 2023.

Tradicionalmente la ventilación de un recinto cerrado ha consistido en poner un extractor y poco más. Actualmente, esta simple extracción se ha visto sustituida por un sistema de ventilación.

Clasificación de los sistemas de ventilación

Los sistemas de ventilación pueden clasificarse desde dos puntos de vista:

  1. Según el método empleado para ventilar.
  2. Según la tipología del local a ventilar.

En función del tipo de local hablaremos de los tres sistemas de ventilación siguientes:

  • Domésticos: cuando se refieren a la ventilación de las viviendas, bien sean pisos o casas unifamiliares.
  • Terciarios o comerciales: cuando se refieren a locales de ocupación profesional: oficinas, colegios, comercios, etc.
  • Industriales: cuando nos referimos a ventilación de fábricas y naves industriales en las que se llevan a cabo procesos de producción.

Estas diferentes clases de sistemas de ventilación que acabamos de definir son susceptibles de ser llevadas a cabo según una de las dos alternativas siguientes:

  • Sistemas de simple flujo.
  • Sistemas de doble flujo.
Sistema de ventilación de doble flujo con recuperación de calor - S&P
Sistema de ventilación de doble flujo con recuperación de calor.

Sistemas de ventilación de simple flujo

Los sistemas de simple flujo consisten en un extractor que extrae el aire contaminado del local y a través de conductos lo vierte a la calle. Como vemos es el sistema más simple de renovación del aire interior, no controla el aire de entrada de manera que éste sustituirá el aire extraído entrando por rendijas y porosidades del edificio. Como es sabido, los edificios son cada vez más estancos y esto implica que actualmente, en la ventilación de simple flujo, deben preverse bocas de entrada del aire de sustitución a fin de garantizar que no se dificultará la extracción por causa de una escasa entrada de aire nuevo.

Sistemas de ventilación de doble flujo

Los sistemas de ventilación de doble flujo no se limitan a extraer aire contaminado e impulsar aire de renovación a un local, sino que muy frecuentemente tratan el aire de entrada de distintas formas. Dado  que los sistemas de doble flujo son el presente y sobre todo el futuro de la ventilación, vamos a analizar brevemente los tratamientos más comunes que se aplican al aire de entrada y los diferentes componentes que más frecuentemente nos encontramos en estos sistemas de ventilación.

Tratamientos y componentes de sistemas de doble flujo

Filtrado. Se considera prácticamente imprescindible un buen filtrado del aire de entrada para evitar la introducción de polvo, insectos y todo tipo de partículas en el interior del local. El grado de filtrado depende de la calidad del aire exterior en el punto de toma del mismo y de la calidad del aire interior que se pretende conseguir. Es relativamente frecuente filtrar también el aire de extracción.

Calefacción. Para evitar la molestia que puede suponer la introducción de aire muy frío en el interior del local, frecuentemente se calienta el aire de entrada hasta una temperatura de confort. El calefactado de este aire se puede realizar por medio de resistencias eléctricas,  por baterías de agua caliente o por bomba de calor.

Refrigeración. De igual modo, puede enfriarse el aire de entrada por medio de una batería de enfriamiento, bien sea de agua fría o de expansión directa.

Recuperación de calor. La recuperación de calor es el método más eficiente de tratar el aire desde el punto de vista del consumo de energía. Esta tecnología transfiere el calor (o el frío, en verano) del aire de extracción al aire de entrada con el simple consumo eléctrico de los respectivos ventiladores. Los recuperadores de calor modernos son capaces de recuperar hasta un 90% del calor sensible del aire de extracción.

Humidificación o deshumidificación del aire de entrada. Aunque menos frecuente que los anteriores, es posible quitar o añadir humedad al aire de entrada para adecuar su humedad relativa a los porcentajes de confort. Otros tratamientos más específicos son posibles, tales como tratamiento antibacteriano, ultrafiltrado para hospitales y salas blancas, etc.

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