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La contaminación del aire interior en cifras: economía y salud

Publicado por S&P          julio 2, 2018          Lectura: 5 min.

Cerca de siete millones de personas mueren cada año por la exposición a las partículas finas contenidas en la contaminación del aire, o al menos esto es lo que dice unos de los últimos informes sobre la calidad del aire publicado este año por la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Lectura: 5 min.

La contaminación atmosférica provocó por si sola aproximadamente 4,2 millones de muertes en 2016, mientras que la contaminación del aire doméstico originada por la cocción de alimentos con combustibles y tecnologías contaminantes causó unos 3,8 millones de muertes en el mismo periodo.

Y a pesar de estos datos, la mayor parte de los usuarios desconocen, bien por falta de información o bien por falta de formación, las consecuencias y el riesgo para la salud que supone el hecho de pasar el 80% de su tiempo en un espacio cerrado, en el que, con toda probabilidad, estará respirando un aire entre dos y cinco veces más contaminado que el que se respira en el exterior.

La calidad del aire interior, un asunto de vital importancia

Debemos ser conscientes que el tiempo que pasamos en nuestra vivienda, lugar de trabajo, edificios públicos, etc. estamos expuestos a distintas fuentes de contaminación como la combustión de productos (tabaco, gas, carbón, etc.), agentes biológicos (bacterias, hongos, pólenes, ácaros); compuestos orgánicos volátiles y semivolátiles (emitidos por los materiales de construcción y los productos químicos), partículas en suspensión y emanaciones de gases del suelo (gas radón). Por todo ello, agencias de salud pública internacionales y los distintos gobiernos y organismos públicos consideran en la actualidad, el tema de la calidad del aire interior, como un asunto de vital importancia para la salud de las personas.

La contaminación del aire interior en cifras

“Healthy Homes Barometer 2017” es el primer informe realizado en Europa que incluye datos estadísticos detallados procedentes del Eurostat Union Statistics on Income and Living Conditions que demuestra la correlación entre la salud de las personas y las condiciones de los edificios en los que habitamos.

Y es que los edificios “enfermos” y en malas condiciones de salubridad afectan no solo a la salud de sus residentes sino también a la economía.

Si tenemos en cuenta que, los actuales hábitos de vida nos obligan a pasar más de dos terceras partes de nuestro tiempo en espacios cerrados con una calidad del aire interior muy deficiente por falta de adecuados sistemas de ventilación y renovación del aire, no es de extrañar que se produzca un aumento de enfermedades respiratorias como el asma, alergias… e incluso otro tipo de enfermedades no respiratorias y también asociadas a una prolongada exposición a una mala calidad del aire interior.

Todo este impacto en la salud se traduce en cifras muy significativas. Y es que el informe “Healthy Homes Barometer 2017” estima que el coste para la sociedad europea de enfermedades como el asma o el EPOC (enfermedad obstructiva crónica pulmonar) es de 82 mil millones de euros al año.

Costes directos e indirectos

Según el mismo documento, la mitad de esa cantidad estaría destinada a sufragar los costes directos de estas enfermedades, como medicinas y cuidado de los enfermos, y la otra mitad, casi 40 mil millones de euros, se atribuyen a costes indirectos como, por ejemplo, la pérdida de productividad laboral.

Y aunque la investigación que se ha llevado a cabo para la realización de este informe revela que, en general, casi el 70% de los hogares europeos está en disposición de realizar la inversión necesaria para la renovación de su vivienda con el objetivo de buscar una mayor eficiencia energética y un óptimo nivel de salubridad, el hecho es que, los niveles de renovación son aún muy bajos. De hecho, en España, el impulso a la rehabilitación y regeneración urbana es una de las líneas prioritarias que recoge el Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, aprobado por el Gobierno.

GUÍA: Los efectos de la contaminación atmosférica en la salud [Descarga gratis]

Normativa a tener en cuenta para la mejora de la calidad del aire interior

A diferencia de lo ocurrido con la contaminación atmosférica, la incorporación en las actuales normativas de parámetros y medidas específicas relativas a la mejora de la calidad del aire interior son relativamente recientes y de aplicación obligatoria tanto en obra nueva como a la hora de abordar cualquier proyecto de rehabilitación.

El RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios) o el CTE (Código Técnico de la Edificación) incorporan definiciones y requerimientos de instalaciones y ambientes interiores realizadas a partir de la tipología de los edificios, actividad de los ocupantes, o concentraciones máximas de contaminantes y en este sentido, se establecen las exigencias básicas de salubridad de los edificios en las que la ventilación cumple un papel fundamental para cumplir los requisitos básicos de higiene, salud y protección del medio ambiente.

Sistemas de ventilación admitidos por el CTE

En concreto y con respecto a los inmuebles considerados como objeto de aplicación del CTE, es decir, “los edificios de viviendas, al interior de las mismas, los almacenes de residuos, los trasteros, los aparcamientos y garajes; y, en los edificios de cualquier otro uso, a los aparcamientos y los garajes. Se considera que forman parte de los aparcamientos y garajes las zonas de circulación de los vehículos…” los sistemas de ventilación admitidos por el CTE para una adecuada calidad del aire interior se exponen a continuación.

Ventilación en viviendas:

  • Híbrida
  • Mecánica

En almacenes de residuos y trasteros:

  • Natural (se establecen criterios prescriptivos)
  • Híbrida
  • Mecánica

Y en cuanto a la ventilación en aparcamientos y garajes:

  • Natural (se establecen criterios prescriptivos)
  • Mecánica

Requerimientos del RITE

En cuanto al RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) o normativa que tiene como objetivo establecer las exigencias de eficiencia energética y seguridad que deben cumplir las instalaciones térmicas en los edificios, se establecen las exigencias y requerimientos relativos a la calidad del aire interior en la Instrucción Técnica IT 1.1.4.2. Dicha IT establece como necesario “…un sistema de ventilación para el aporte del suficiente caudal de aire exterior que evite, en los distintos locales en los que se realice alguna actividad humana, la formación de elevadas concentraciones de contaminantes, de acuerdo con lo que se establece en el apartado 1.4.2.2 y siguientes. A los efectos de cumplimiento de este apartado se considera válido lo establecido en el procedimiento de la UNE-EN 13779”.

¿A qué sistemas favorece la actual normativa?

En esencia, la actual normativa favorece la instalación de sistemas de ventilación mecánica y los sistemas de filtración de aire como elementos fundamentales para la obtención de una calidad del aire interior que proporcione un ambiente saludable y de mayor confort a los usuarios. La reducción de los niveles de contaminantes del aire interior se ha convertido en los últimos años en una cuestión de vital importancia y relacionada no solo con la salubridad, sino también con la economía.

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