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Consecuencias de una mala seguridad e higiene en la ventilación industrial

Publicado por S&P          agosto 23, 2021          Lectura: 4 min.

No es novedoso destacar la íntima relación que existe entre la ventilación industrial y la seguridad e higiene de los espacios de trabajo. La mejor medida que pueden tomar las empresas para garantizar su salubridad es diseñar e instalar sistemas de ventilación mecánica fiables y competentes, que atiendan a las necesidades específicas de su actividad y circunstancias, sin olvidar que la normativa al respecto es estricta y muy detallada. Además, el control y mejora de la calidad del aire en los entornos industriales tiene repercusiones positivas en la productividad. Por todo ello, es interesante profundizar en este asunto.

Lectura: 4 min.

Cómo afecta la ventilación industrial a la seguridad e higiene

Dentro de las naves industriales, se desarrollan actividades que, en muchas ocasiones, implican el uso de compuestos y sustancias con un alto nivel de toxicidad. La manipulación de esos productos, junto a la complejidad de los propios procesos productivos industriales, conlleva la expulsión de contaminantes, en forma de vapor, gases y olores al ambiente cerrado de esos interiores. Además, suele combinarse con un aumento de la temperatura. Como es evidente, todas estas circunstancias hacen que el confort térmico y la salubridad de estos espacios laborales se vean claramente comprometidos.

Solo con la instalación de un correcto sistema de ventilación industrial, la seguridad y la higiene de estos trabajadores está garantizada. De hecho, se ha comprobado que una ventilación inadecuada es responsable de más del 40 % de los problemas de calidad del aire en las naves industriales. Las consecuencias directas que pueden sufrir son variadas y serias. Entre los aspectos de la salud que se ven más afectados por la presencia de sustancias tóxicas destacan, por supuesto, las enfermedades respiratorias, como el asma ocupacional o la neumonitis por hipersensibilidad. 

Pero también son frecuentes los casos en los que una temperatura y humedad excesivas en el ambiente laboral provocan molestias, que se agravan por las exigencias de esfuerzo físico que implican la mayor parte de los trabajos industriales. En ambientes industriales inseguros y tóxicos, es habitual que se produzcan calambres por pérdida de los niveles de sal en el organismo a causa del sudor, sarpullido en la piel, agotamiento generalizado o insolación.

Las consecuencias en la productividad

Sin duda, las repercusiones de la ventilación industrial en la seguridad e higiene que más preocupan a los empresarios y autoridades son las que se refieren a la salud y que hemos expuesto anteriormente. Pero tampoco hay que desdeñar la forma en la que un adecuado acondicionamiento ambiental influye en la productividad de una empresa. Como muestra, enumeramos a continuación aspectos que se ven directamente mejorados:

  • Disminuye el absentismo laboral justificado por motivos de salud. Recordemos que respirar aire contaminado provoca, no solo enfermedades respiratorias, sino mareos, dolor de cabeza y agotamiento.
  • Disminuye la necesidad de rotar al personal, precisamente porque la mayoría de trabajadores se encuentran en óptimas condiciones para realizar sus funciones. Este es un tema especialmente significativo en empresas donde, por el tipo de actividad, se precisa de operarios muy cualificados y, por tanto, difíciles de sustituir.
  • Se evitan sanciones por parte de las autoridades, que, en ocasiones, no solo son económicas, sino que pueden llevar al cierre temporal o total de la actividad.
  • Mayor rendimiento de los trabajadores que, al encontrarse más cómodos y seguros en el entorno laboral, desarrollan su actividad con más y mejor predisposición.

Aspectos que se regulan en la normativa sobre ventilación industrial

Todo lo que se refiere a la regulación de la ventilación industrial y la seguridad e higiene está principalmente recogido en la normativa RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) y en el Real Decreto 486/1997, sobre la calidad del aire en los centros de trabajo. En cualquiera de estas normas que tienen por objeto garantizar la salubridad y el bienestar de las personas en los entornos industriales, hay cuatro factores determinantes, que son los que tienen una mayor influencia sobre ese confort ambiental y sobre la calidad del aire: la humedad, la temperatura, la velocidad y los cambios en los movimientos del aire.

La humedad del aire

Cuando se analiza el factor humedad en los espacios industriales, es necesario diferenciar y tener en cuenta dos conceptos para que las mediciones sean realmente efectivas: por una parte, lo que se refiere a la humedad relativa del ambiente, es decir, la relación entre la humedad presente en el aire y la cantidad que existiría en un ambiente totalmente saturado de vapor de agua; por otro, la humedad absoluta expresada como el peso del vapor de agua por unidad volumen de espacio ocupado (gramos/metros cúbicos).

La velocidad del aire

Este factor de la velocidad debe analizarse teniendo en cuenta la actividad que realizan los trabajadores y su vestimenta. También entran en juego la temperatura y la intensidad de las corrientes para poder establecer cuál es la velocidad media del aire en una nave industrial.

El movimiento del aire

En la sensación térmica de calor que experimenta, de forma individual, cada persona tiene también influencia los cambios en el movimiento del aire. Un mayor movimiento implica una bajada proporcional de la temperatura corporal, cuyo nivel se puede contrastar en los valores de la siguiente tabla:

  • Velocidad 0,3 m/seg: descenso 1o
  • Velocidad 0,7 m/seg: descenso 2o
  • Velocidad 2,2 m/seg: descenso 5o
  • Velocidad 4,5 m/seg: descenso 7o

La temperatura del aire

La medición de la temperatura real de un espacio industrial es un tema complejo, porque existen distintos métodos que miden diferentes conceptos de temperatura del aire (de bulbo seco o húmedo, temperatura de punto de rocío o de globo, principalmente). Al final, lo que interesa conocer es la temperatura efectiva, un índice arbitrario que se ha establecido y que marca el grado de frío o calor que siente el organismo humano dependiendo de la humedad, temperatura y movimiento del aire. Esta escala de confort térmico se ha establecido como resultado de un ensayo experimental con un grupo real de personas y se concluye que el bienestar térmico se sitúa entre los 22 °C ± 2 °C para épocas de ambiente frío, y 24,5 °C ± 1,5 °C para épocas calurosas.

No existe duda de las implicaciones tan importantes que la ventilación industrial tiene en seguridad e higiene de los trabajadores. Además, es incuestionable que afecta a la productividad y, como resultado, al éxito final de un proyecto empresarial, lo que justifica que se tomen todas las medidas necesarias para garantizar la eficacia del sistema instalado.

La importancia de una buena ventilación