El dióxido de carbono (CO2) también llamado anhídrido carbónico es un gas incoloro e inodoro, presente en la atmósfera en una proporción de 380 partes por millón (ppms).
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El CO2, aunque no es tóxico en niveles normales, puede afectar la calidad del aire y el confort de los ocupantes de un espacio cerrado cuando se acumula en altas concentraciones. Este artículo explora en profundidad qué es el dióxido de carbono, sus características y aplicaciones, y cómo la ventilación mecánica, especialmente en viviendas, puede ser una solución efectiva para mantener sus niveles bajo control.
¿Qué es el dióxido de carbono?
El dióxido de carbono (CO2), también conocido como anhídrido carbónico, es un gas incoloro e inodoro presente en la atmósfera en una proporción de aproximadamente 380 partes por millón (ppm). Este gas es producido principalmente por la combustión de materiales fósiles como carbón, derivados del petróleo y biomasa, así como por la respiración aeróbica de los seres vivos. Aunque en menor medida, fenómenos naturales como las erupciones volcánicas también contribuyen a su presencia en el aire. Más información sobre el dióxido de carbono.
¿Es tóxico el CO2 para la salud?
El dióxido de carbono en sí no es tóxico para la salud humana. Sin embargo, altas concentraciones de este gas en espacios cerrados pueden desplazar el oxígeno del aire, lo que produce una sensación de malestar y fatiga. Aunque el CO2 no es directamente perjudicial, su acumulación puede afectar negativamente el bienestar de las personas.
En interiores, es común que las concentraciones de CO2 sean significativamente más altas que en el aire exterior, especialmente en espacios mal ventilados. Estas concentraciones elevadas pueden causar incomodidad y afectar la calidad del aire. Es por ello que el dióxido de carbono se utiliza como un parámetro para evaluar la calidad del aire interior (medible con un detector de dióxido de carbono). Aquí puedes consultar los niveles de temperatura, humedad relativa y CO2 recomendables en un edificio.
La ventilación mecánica en viviendas para reducir el CO2
La calidad del aire interior es fundamental para la salud y el confort de los ocupantes de una vivienda. Uno de los métodos más eficaces para reducir las concentraciones de CO2 en interiores es mediante la ventilación mecánica. Este tipo de ventilación asegura una adecuada renovación del aire, eliminando el aire viciado y reemplazándolo por aire fresco del exterior.
La ventilación mecánica controlada se puede realizar mediante diferentes sistemas, entre ellos los sistemas de ventilación con recuperación de calor y los sistemas de ventilación mecánica simple. Los sistemas con recuperación de calor son especialmente eficientes, ya que aprovechan el calor del aire expulsado para calentar el aire entrante, mejorando así la eficiencia energética de la vivienda.
El uso de sensores y detectores de dióxido de carbono es una práctica común en la ventilación mecánica controlada por demanda. Estos sensores monitorean la concentración de CO2 en el aire interior y ajustan automáticamente la velocidad de los ventiladores de extracción para mantener niveles óptimos de calidad del aire.
Reducir el CO2 también en oficinas
Las oficinas son otro espacio donde se persigue conseguir una calidad del aire interior óptima, para saber más puedes leer Oficina saludable: Estrategias para mantener una buena calidad del aire interior o nuestro caso práctico: Ventilación de oficinas mediante control de CO2.
Conclusiones, ¿qué hacemos con el dióxido de carbono?
En definitiva, aunque el dióxido de carbono no es directamente tóxico, su acumulación en espacios cerrados puede provocar malestar y afectar la salud a largo plazo. La implementación de sistemas de ventilación mecánica en viviendas es esencial para mantener niveles adecuados de CO2 y garantizar la calidad del aire interior.
En Soler & Palau ofrecemos una variedad de soluciones y equipos de ventilación que integran esta tecnología, garantizando un ambiente interior saludable y confortable.