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¿Por qué usar una caja de ventilación?

Publicado por S&P          agosto 28, 2017          Lectura: 2 min.

Dentro del segmento de la ventilación distinguimos distintos tipos de ventiladores. Una caja de ventilación, como indica su nombre, está compuesta básicamente por un ventilador, contenido dentro de una caja.

Lectura: 2 min.

Ventiladores dentro de la caja de ventilación

El tipo de ventilador que se incorpora en las cajas de ventilación suele ser centrífugo. Esto es por el tipo de instalaciones en las que se colocan normalmente estos sistemas de ventilación.

Se suele tratar de aplicaciones en las que se requiere de conducto para realizar la extracción o la aportación de aire fresco en las dependencias a ventilar. Como consecuencia, al tener que superar las pérdidas de carga de la instalación, es necesario que dicho ventilador sea centrífugo. Esto es porque este tipo de ventiladores (para casos similares y mismas revoluciones) dan más presión que otros tipos y son por tanto capaces de vencer más fácilmente las pérdidas de carga.

Motivos de incluir un ventilador dentro de una caja

Pero, ¿por qué es necesario incluir este ventilador centrífugo en una caja? Son varios los motivos, los más comunes son:

    1. Facilidad de la instalación. Un ventilador centrífugo tiene una forma parecida a la de un caracol y por lo tanto su instalación en espacios que son relativamente reducidos a veces es complicada. Además, para usar un ventilador centrífugo en una instalación de este estilo se suelen requerir bridas y diversos acoplamientos para poder conectarlo al conducto. Gracias a la caja de ventilación, se convertirá en algo más sencillo. Además, al tratarse normalmente de un prisma rectangular, con la misma caja nos podemos ahorrar las bridas de conexión.
    2. Direcciona el aire. Otra variante de caja de ventilación es la que incluye tan sólo el rodete acoplado directamente al motor a través de su eje. En este caso, además de facilitar la instalación, la caja que existe a su alrededor es la que hace de “voluta”, es decir, es la que direcciona el aire desde su entrada hasta la salida. Sin esta envolvente no se podría proponer un ventilador de estas características para este tipo de aplicación.
    3. Reducción del nivel sonoro. Las cajas de ventilación están fabricadas habitualmente en chapa de acero, en ocasiones galvanizado en caliente para obtener una resistencia mayor. Este mero hecho de “rodear” el ventilador con chapa de acero ya reduce el nivel de ruido.

Además, existen algunas cajas de ventilación acústicas que incluyen aislamiento acústico ininflamable de un cierto espesor, cierres estancos, motores con rodamientos a bolas, etc. que reducen el ruido radiado, en aspiración y en descarga producido por el ventilador.

Si se añaden acoplamientos flexibles en la aspiración y en la descarga de la caja de ventilación se puede llegar a conseguir una instalación de ventilación silenciosa. Para reducir aún más el nivel de ruido, se puede actuar directamente sobre el ventilador, en concreto sobre el motor que alimenta al mismo. En vez de utilizar un motor AC, existe la posibilidad de adquirir una caja de ventilación que funcione con un motor EC. Con este tipo de motor es mucho más silencioso que el AC, con lo que además de conseguir un ahorro en la factura eléctrica, podremos, en una gran mayoría de casos, regular directamente el ventilador, reduciendo considerablemente el nivel de ruido.

 

Otros tipos de cajas de ventilación

Finalmente, existen otro tipo de cajas de ventilación, como por ejemplo aquellas que son certificadas 400ºC/2h (ó 300ºC/2h). Estas cajas son requeridas en diversas aplicaciones, como podrían ser cocinas industriales o parkings. Dependiendo de la certificación que tengan, pueden ir inmersas dentro de la zona de riesgo o bien fuera de la misma.