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Índice de calidad del aire: cómo medir la calidad del aire residencial

Publicado por S&P          agosto 14, 2024          Lectura: 6 min.

Fue en el año 2017 cuando la Agencia Europea del Medio Ambiente puso en marcha un nuevo índice de calidad del aire con el fin de permitir que los ciudadanos pudieran comprobar la calidad del aire en cualquier ciudad o región de Europa.

Lectura: 6 min.

Qué es el índice de calidad del aire

Este índice de calidad del aire europeo proporciona información actualizada sobre la calidad del aire. Se basa en mediciones realizadas por más de 2.000 estaciones ubicadas por todo el continente. A través de un mapa interactivo, los usuarios pueden acceder a la situación sobre la calidad del aire en cualquier ciudad o región europea, adjudicando un color en función de la calidad.

El mapa muestra una valoración general de cada estación de medición cogiendo como referencia la peor valoración. Esta medición tiene en cuenta los cinco contaminantes considerados clave y que son perjudiciales para la salud de las personas y del medio ambiente:

  • Partículas en suspensión (PM2,5 y PM10)
  • Ozono troposférico (O3)
  • Dióxido de nitrógeno (NO2)
  • Dióxido de azufre (SO2)
  • Monóxido de carbono (CO)

Mapa interactivo de la calidad del aire - Agencia Europea

El valor ICA

El valor del índice de la calidad del aire (ICA) se mide en una escala que va desde 0 y >500 y establece seis categorías de peligrosidad. Cuanto mayor sea el índice, peor será la calidad del aire.

A nivel cualitativo, el rango del ICA está dividido en seis tramos:

  1. Buena: Color verde (ICA de 0 a 50)
  2. Moderada: Color amarillo (ICA de 51 a 100)
  3. Dañina a la salud para grupos sensibles: Color naranja (ICA de 101 a 150)
  4. Dañina a la salud: Color rojo (ICA 151 a 200)
  5. Muy dañina a la salud: Color morado (ICA 201 a 300)
  6. Peligrosa: Color marrón (ICA superior a 300)

Los últimos informes publicados por la misma Agencia Europea del Medio Ambiente revelan, en base a las mediciones realizadas sobre estos cinco contaminantes, que las personas que viven en las ciudades europeas siguen expuestas a niveles de contaminación atmosférica que la Organización Mundial de la Salud considera nocivos. Las partículas finas (PM2,5) son el contaminante más perjudicial, responsable de la muerte prematura de unos 400,000 europeos en 2014.

Y no es esta la única consecuencia negativa de la mala calidad del aire que respiramos. En términos económicos, la mala calidad del aire repercute muy negativamente en la productividad de los trabajadores, incrementa los gastos médicos, afecta y daña el suelo, los cultivos, bosques, ríos y lagos.

Además, la mala calidad del aire repercute negativamente en la productividad de los trabajadores, incrementa los gastos médicos y afecta al medio ambiente.

GUÍA: Los efectos de la contaminación atmosférica en la salud [Descarga gratis]

Cómo medir la calidad del aire en casa

Aunque algunos de los contaminantes del aire interior proceden del exterior, lo cierto es que la mayor parte se liberan dentro del propio edificio. Esto es debido a las personas que habitan y circulan por él, el mobiliario, los materiales de construcción, al limpiar o quemar combustibles o por los animales domésticos. Esto que genera una mezcla de contaminantes muy diferentes. En este sentido, te puede interesar:

A la hora de diseñar las soluciones de ventilación más adecuadas para cada caso concreto, deberemos conocer los tóxicos que forman parte del aire que respiramos, además de otros parámetros como el grado de humedad relativa o el nivel de temperatura.

Parámetros para medir la calidad del aire interior

Por regla general, para medir la calidad del aire interior, se analizarán los siguientes parámetros:

  • Compuestos orgánicos volátiles (COV): Incluyen una variedad de químicos que pueden emitir gases desde ciertos sólidos o líquidos, y pueden tener efectos a corto y largo plazo en la salud.
  • Formaldehido y otros aldehídos: Pertenece a los compuestos orgánicos volátiles (COV) y se trata de forma específica por su amplio uso por parte de la industria. Es posiblemente el compuesto químico orgánico con mayor producción mundial y es altamente inflamable y muy volátil.
  • Contaminantes particulados (PM2.5 y PM10): Se denomina material particulado a la mezcla de partículas líquidas y sólidas, de sustancias orgánicas e inorgánicas, que se encuentran en suspensión en el aire. Su composición es muy variada, desde sulfatos, nitrato, amoniaco, etc. y se miden en microgramos por metro cúbico. Las partículas finas pueden penetrar en los pulmones y afectar la salud respiratoria y cardiovascular.
  • Niveles de CO2 o dióxido de carbono: Es un gas incoloro e inodoro que forma parte de la naturaleza y no es realmente un tóxico pero produce el desplazamiento del oxígeno y en concentraciones altas de más de 30.000 ppm, puede producir asfixia. Es un indicador fundamental para determinar la necesidad de renovación de aire.
  • Niveles de NO2 o dióxido de nitrógeno: es un compuesto químico gaseoso, tóxico e irritante. Se produce en los incendios forestales o erupciones volcánicas, aunque también de forma natural por la descomposición de nitratos orgánicos. La exposición continuada al NO2 se relaciona con diversas enfermedades de las vía respiratorias.
  • Niveles de SO2 o dióxido de azufre: es un gas incoloro, irritante, con un olor penetrante. La principal fuente de emisión de dióxido de azufre es la combustión de productos petrolíferos y la quema de carbón en centrales eléctricas y calefacciones centrales.
  • Humedad relativa: Niveles de humedad demasiado altos o bajos pueden contribuir al crecimiento de moho, ácaros del polvo y otros alérgenos, así como afectar la comodidad personal.
  • Temperatura: Afecta la comodidad y el desempeño de las personas, además de influir en los niveles de algunos contaminantes y la percepción de la calidad del aire.
  • Presencia de radón: Un gas radioactivo natural que puede acumularse en interiores y es un conocido carcinógeno pulmonar.

Este es el nivel de temperatura, humedad relativa y CO2 recomendable en un edificio.

Gracias a los últimos avances tecnológicos disponemos hoy en día de dispositivos que nos permiten medir y controlar la calidad del aire interior a través de distintos tipos de sensores, sondas de calidad del aire y controles inteligentes.

Sensores para evaluar la calidad del aire interior

Algunos de los sensores más utilizados para evaluar la calidad del aire interior son:

  • Sensores de CO2: utilizados para la medición de gas de dióxido de carbono en partes por millón (ppm). Los más habituales son los sensores de CO2 por infrarrojos que basan su funcionamiento en el principio de absorción de energía de los compuestos a una determinada longitud de onda.
  • Sensores concentración de VOC: Miden los compuestos orgánicos volátiles en el aire. Este tipo de sensores traducen la lectura realizada a equivalentes en partes por millón (ppm) para de esta forma seguir una referencia similar a los sensores CO2.
  • Sensores de PM 2.5: Evalúan las partículas finas en suspensión. Para la medición de este parámetro se suelen utilizar sensores tipo láser.
  • Sensores de humedad: también denominados termohigrómetros. Miden la temperatura y la humedad relativa en un ambiente determinado.

Todos estos dispositivos, utilizados de forma individual o conjuntamente, nos permitirán optimizar la ventilación con el fin de garantizar un ambiente interior más limpio y saludable.

Cómo mejorar la calidad del aire interior

Medir los contaminantes es sólo un primer paso, es fundamental implementar estrategias y soluciones para mejorar la calidad del aire interior. Algunas de estas pueden incluir:

  • Ventilación eficiente: Instalar sistemas de ventilación mecánica controlada que renueven el aire de forma continua, especialmente en espacios cerrados donde el aire puede quedar estancado.
  • Uso de purificadores de aire: Los purificadores de aire pueden ser útiles para eliminar partículas y contaminantes del aire. Algunos incluso tienen la capacidad de filtrar VOCs y partículas PM2.5 o PM1, mejorando significativamente la calidad del aire.
  • Control de la humedad: Mantener la humedad en niveles adecuados puede ayudar a prevenir el crecimiento de moho y otros contaminantes biológicos que pueden ser perjudiciales para la salud. Los sistemas VMC son la mejor opción para controlar los niveles de humedad.
  • Selección de materiales de construcción y mobiliario: Elegir materiales y muebles con bajo contenido de VOCs puede ayudar a mejorar la calidad del aire interior.
  • Mantenimiento regular: La limpieza regular y el mantenimiento de los sistemas de climatización y ventilación pueden prevenir de su funcionamiento defectuoso y de la acumulación de elementos contaminantes.

La calidad del aire interior es primordial para nuestra salud y bienestar y medirla es el primer paso, pero también es necesario implementar un sistema que mantenga los niveles adecuados dentro de los hogares y cualquier tipo de edificio.

Si necesitas ayuda con tu proyecto de ventilación, consulta con nuestro equipo técnico cuál es la mejor forma de diseñar un sistema de ventilación que asegure la calidad del aire interior óptima.

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